Azucena, mujer talentosa y periodista decente. Aun amenazada de muerte no deformó noticias, no tuvo dobleces, acomodos ni cobardías. Veraz, ágil y contundente, siempre al servicio de su audiencia. Seguirá siendo una estrella rutilante en el cielo de México.
Pasado el huracán de Acapulco sobrevino lo peor para las víctimas: después de molidos han sido (y siguen siendo) apaleados. “El mejor presidente del mundo” (también conocido como Tartufo) olvidó su chistorete del “humanismo mexicano” y dejó la plaza en manos de los criminales.
Primero fue el pillaje en edificios y comercios; después, el robo en casas habitación; enseguida, aumentó el cobro hecho por delincuentes a los comerciantes; ahora, además, los grupos criminales venden directamente y más caros los alimentos y los materiales de construcción; y para colmo, los choferes han paralizado el transporte público por cobros, amenazas y asesinatos en su contra. ¡Y si Acapulco es una ventana de México hacia el mundo, de qué magnitud será el sufrimiento en miles de comunidades a lo ancho y largo del país sin esa proyección internacional, pero bajo el dominio aplastante de las organizaciones delincuenciales!
Se enviaron al puerto muchos elementos de la Guardia Nacional para retirar escombros, distribuir algo (sí, algo) de alimentos y de enseres domésticos, pero también se les ha ordenado sustituir a los taxistas y camioneros en los servicios de transporte público en la ciudad. Ahora los choferes están bajo dos amenazas: la de los criminales con matarlos si no les pagan y la de las autoridades exigiéndoles el regreso a sus labores, so pena de perder sus concesiones y de llamar a otras empresas para dar ese servicio. ¡Vaya canallada!
En vez de ordenar a la Guardia Nacional hacer redadas de delincuentes y poner orden, se le utiliza para transportar al público en vehículos militares. ¡Mayor vergüenza de México frente al mundo, imposible!
¿Y qué se sabe de los criminales? Pues ¡ancha es Castilla!, han hecho más grande y lucrativo su negocio: despojan de sus pertenencias a los empobrecidos pobladores y elevan el costo de alimentos y materiales de construcción. ¿Se puede entender ese oprobio sin la colusión entre criminales de afuera y dentro del gobierno?
“El mejor presidente del mundo” solamente ha sobrevolado la bahía de Acapulco y se ha resguardado en el cuartel de la Marina Armada de México. No ha pisado el suelo devastado ni ha dado la mano a ninguna víctima. Dice cuidar así su deshilachada y sucia investidura, porque no quiere “correr el riesgo de sufrir una emboscada”. Le creo, pues solo se le ve seguro en Badiraguato, bajo la protección de Los Chapitos.
Por fortuna, los ciudadanos podemos elegir el 2 de junio, con Xóchitl al frente, un gobierno honesto y capaz, para iniciar la reconstrucción nacional.