Política

El “golpe de Estado técnico” y las encuestas

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Cuando su Alteza Pequeñísima (alias Tartufo) afirma que las autoridades electorales preparan un “golpe de Estado técnico”, lo hace con diversos propósitos:

Primero, como un distractor más, para que no se hable de sus atracos y mentiras; en segundo lugar, porque sabe que la elección no está decidida, que Xóchitl Gálvez va creciendo y que la diferencia se está cerrando durante la campaña; en tercer lugar, porque sabe que su insolente apoyo a la corcholata y sus ataques a Xóchitl Gálvez están prohibidos por la ley y pueden ser determinantes para declarar la nulidad de los comicios y, en tal caso, se convocaría a nuevas elecciones.

Si su Alteza Pequeñísima estuviera segura del triunfo de su corcholata no sería hoy el matraquero de su campaña.

No es solamente la indecencia personal y el desprecio a la ley (que siempre ha demostrado) sino el miedo de perder, porque sabe que él y sus acémilas serán perseguidos por los delitos que han venido cometiendo.

En las últimas décadas no se vivió un sexenio tan saturado de corrupción y opacidad como el actual ¡y vaya que hemos padecido gobiernos corruptos! (éste se ha robado hasta la bandera nacional para cubrirse con ella sus miserias.)

Más de 85 por ciento del gasto en obras públicas se ha hecho ilegalmente por “asignaciones directas”, clasificando a muchas de ellas como de “seguridad nacional” para ocultar los cuantiosos saqueos.

Ante el vil derroche de dinero público en la campaña oficialista y la intromisión descarada del Ejecutivo buscan que las autoridades electorales no apliquen la ley, sancionando lo que es una elección de Estado.

Por eso es vital para México que los hombres y mujeres libres votemos en consciencia el próximo 2 de junio, sabiendo que los apoyos oficiales a los pobres están garantizados constitucionalmente, con independencia de quién llegará a la Presidencia.

Es bueno que los pobres reciban las ayudas gubernamentales, pero que impidan con su voto que siga la destrucción de México, porque ellos serán los primeros en quedar aplastados en los escombros.

Que no nos desanimen las encuestas:

1) Algunas son propaganda hecha a la medida, bajo pedido;

2) Sus metodologías son endebles;

3) Frecuentemente los resultados electorales las desmienten;

4) Quienes temen al gobierno suelen decir que votarán por los candidatos oficiales, y muchos votan por la oposición;

5) Las mismas encuestas se desacreditan al decir que 47 por ciento de los entrevistados no contestaron: en ese porcentaje hay muchos votos opositores.

Nadie puede asegurar quién ganará la Presidencia, pero sí augurar que, gane quien gane, la diferencia entre las dos punteras será pequeña.

Que digan las encuestas lo que quieran, pero las mujeres y los jóvenes son la mayoría y con su voto o su ausencia decidirán para México libertad o cautiverio. 


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Diego Fernández de Cevallos
  • Diego Fernández de Cevallos
  • Abogado y político mexicano, miembro del Partido Acción Nacional, se ha desempeñado como diputado federal, senador de la República y candidato a la Presidencia de México en 1994. / Escribe todos los lunes su columna Sin rodeos
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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