“Correr un maratón es la prueba de coraje
más controlada que existe”
Ryan Reynolds
Este fin de semana se corre uno de los 6 grandes: el maratón de Tokio. Un evento relativamente joven, si se compara con el antiguo Boston; sin embargo, su extraordinaria organización, la expectativa que esta gran ciudad genera, y las condiciones de su ruta que permiten a sus competidores registrar muy buenos tiempos, lo hacen el evento preferido de muchos. Las condiciones climatológicas se pronostican perfectas, lo que garantizará un buen evento que será televisado a más de 150 países.
Si bien es un maratón que siempre atrae las miradas de los aficionados a este deporte alrededor del mundo, la expectativa este año es mayor, derivado de la participación del gran Eliud Kipchoge; está previsto que ésta sea su última participación en un maratón, antes de correr los Juegos Olímpicos.
Recordemos que Eliud se adjudicó el récord de Tokio, cuando hace dos años detuvo el cronómetro en 2 horas, 2 minutos y 40 segundos. Hoy tiene 39 años cumplidos, una trayectoria impecable y una condición física y mental que me permiten creer que puede ganar esta edición y probablemente romper su propio récord. Sus últimas participaciones han sido Boston, donde estuvo lejos del sitio al que nos ha acostumbrado y Berlín, donde ganó la prueba con un tiempo de 2 horas, 2 minutos y 42 segundos.
Eliud compartirá el evento con Kipkemoi, Kiprutoy Kiplagat, compatriotas sumamente rápidos. Además, con el japonés Kiyoto Hirabayashi, joven de 21 años de edad que dio la campanada ganando el maratón de Osaka con un tiempo de 2 horas, 6 minutos y 19 segundos. Kiyoto tiene una altura de 168 centímetros y pesa únicamente 44 kilogramos, lo que lo hacen sumamente ligero y flexible, lo que le permite un gran desempeño; registros de su entrenamiento demuestran que corrió por arriba de mil kilómetros mensuales. Por último, se considera también la participación de Kengo Suzuki, compatriota japonés que cuenta con una marca de 2 horas, 4 minutos y 56 segundos. Será emocionante ver de nuevo al más grande de todos los tiempos, en plenitud y en lo que, para mí, parece la recta final de su carrera.
Abastecimiento: La muerte de Kelvin Kiptum seguirá pesando. Su promesa de futuro resultaba alentadora y fascinante.
