Un gobierno que cuida a los animales: Promueve la empatía y el respeto por la vida.
Demuestra sensibilidad y valores humanos como la compasión y la justicia.
Respeta el estado de derecho, aplicando la ley de protección animal.
En Tampico, en días pasados fue rescatado un caballo que colapsó cuando jalaba una carreta. El cansancio lo hizo caer desplomado.
El caso se viralizó e indignó ver al equino tirado sobre el pavimento ardiente.
“Agonizaba bajo el sol, abandonado, como si no valiera nada”, dijo Arturo Islas Allende, una voz influyente en temas de medio ambiente y derechos de los animales en el país.
La alcaldesa de Tampico, Mónica Villarreal Anaya ordenó el rescate del animal, no lo dejó solo y “Muñeco” ahora tiene una nueva oportunidad de vivir. Se recupera en un santuario, rodeado de cuidados y lejos de la maldad humana.
Islas le escribió a Villarreal Anaya: “Gracias por actuar y no mirar hacia otro lado. El caballo ya está en buenas manos, recibiendo la atención que merece”.
Y tiene razón: “Cuando nos unimos, las cosas cambian”. “Muñeco” hoy duerme feliz y el activista demanda que en México se prohiba seguir utilizando animales para jalar carretas.
La presidenta municipal, Mónica Villarreal ya había dado muestra de su sentir hacia esos seres vulnerables cuando dispuso que en el aniversario de la repoblación de Tampico no se utilizaran carretas, evitando así el maltrato de quienes no tienen voz.
Las acciones positivas de un gobierno también deben reconocerse.
¿Cuántos caballos más deben ser rescatados en el sur de Tamaulipas?
Mónica Villarreal le puso el ejemplo no solo a los alcaldes Erasmo González y Armando Martínez, sino a todos sus homólogos tamaulipecos que no voltean a ver estos temas.
Que no se pierda lo hecho por la alcaldesa y se le cambie la vida a más equinos que día a día son víctimas del maltrato y la negligencia.
He etiquetado en Facebook a alcaldes, diputados locales y federales, y otros servidores públicos, cuando he visto casos estrujantes de animales lastimados, pero rara vez dan respuesta, tal vez porque los perros, los gatos, los caballos, mapaches y demás, no votan.
