Uno supondría que la exhibición de una clara mentira de parte de un funcionario público que, además, se sirvió de eso para avanzar en su carrera, sería suficiente para que esa carrera terminara. Pero no son tiempos normales, parece.
En Estados Unidos, hace unas semanas The New York Times reveló que un republicano que ganó su elección a la Cámara de Representantes, George Santos, inventó toda su biografía como estudiante y profesional. Sus respuestas han sido que, ¿quién no “embellece” su CV? Y, por supuesto, que era un ataque de sus adversarios políticos. Se dice que algunas fiscalías han iniciado investigación, que el Comité de Ética de la Cámara hará lo propio… Él ya tomó posesión y se pasea por los pasillos del Capitolio.
Después de la revelación de Guillermo Sheridan sobre la tesis copiada de la ministra Yasmín Esquivel, todo fue para peor. Que si una carta recibida en un buzón, que si un notario, que si ya aceptó el otro involucrado que él fue el copión, que si el otro ya dijo a Eje Central que no, que él no fue y que tampoco mandó carta alguna, que si la fiscalía no puede hacer nada por prescripción pero opina que la ministra no plagió… todo, todo mal.
La UNAM dijo que la ministra plagió, pero que no podía hacer nada. Algo ahí también está mal. Luego la SEP dijo a mí, ni me veas. El Presidente retó a la UNAM… en fin.
Frente a ese desastre ayer la ministra, muy tranquila, le dijo a MILENIO:
“Voy a continuar como siempre lo he hecho en esta función desde hace 35 años, tengo una carrera impecable, tengo una carrera en la que no tengo de qué avergonzarme y continuaré, por supuesto, trabajando intensamente. Participaré en la sesión de hoy y en todas las subsecuentes. Y hoy, más que nunca, por la dignidad de las personas, defendiendo la Constitución y los derechos humanos, así como los principios democráticos de México”.
Y no, de pedir licencia, nada. Y de lo que dijo su alma mater: “Es una resolución que no comparto, evidentemente no existió un procedimiento, no hubo una valoración de las pruebas que determinaran contundentemente que la tesis es de mi autoría y, por supuesto, ni siquiera he sido notificada de ningún dictamen. Rechazo absolutamente la determinación del Comité de Integridad de la FES Aragón”.
Y sí, siguió su camino y se puso su toga. Nomás faltaba. Así estos tiempos.
Carlos Puig
@puigcarlos