Era de esperarse, no sé si tan pronto.
Una primera encuesta de una empresa seria y con muchos años haciendo esto ya puso al aspirante que siempre nos invita a sonreír un poco de malas.
Escribió ayer temprano Marcelo Ebrard: “¡Buenos días! Ya camino a Monterrey. Vi la encuesta de El Universal hoy, nada más recuerden que en la elección del Estado de México se equivocó por más de 10 puntos. No tiene credibilidad, pura propaganda. Sonrían, ¡todo va a estar bien!”.
El director de la empresa le contestó: “Estimado canciller, la encuesta nacional que publica hoy El Universal la realizó nuestra empresa Buendía & Márquez. NO publicamos en el Estado de México. Nuestras encuestas privadas, sin embargo, sí reflejaron correctamente el resultado final”.
Más allá de la última línea —lo “privado”, pues no se supo—, el intercambio señala algo de lo que veremos más en las próximas semanas. Múltiples encuestas y múltiples quejas sobre ellas.
El problema para Ebrard es que él ya aceptó ese método, el de la encuesta, y su objeción es con lo que pasó en el Estado de México, pues le va a costar encontrar una empresa que haga las de su partido y su procedimiento que no la haya regado en Edomex y que además… pues sí, lo haga el ganador ¿De cuántas empresas se van a quejar en estas semanas Marcelo o Adán o Claudia? Porque circulan en redes encuestas de empresas que conocimos apenas hace unos meses que de repente le dan ventajas a cada uno de ellos.
¿Está Marcelo anticipando el 7 de septiembre? ¿Se volverá el resultado un asunto de fe? Me temo que sí.
Por el método, pero el del Frente Amplio, ayer se bajó una competidora que, curiosamente, iba bastante bien en las encuestas, era competitiva.
Anunció Lilly Téllez que se baja de la competencia: “A dos meses de definir al ganador, no hay árbitro, lineamientos técnicos, ni procedimientos delimitados. Ante estas circunstancias, ya he decido que no participaré en ese proceso, el fin no justifica los medios”.
¿O habrá sido por otra cosa? ¿O qué hubiera preferido?
Diferente circunstancia la de Germán Martínez, apenas anunciado como aspirante hace, literalmente, unos días, ya se bajó que por el método. Aunque, seamos honestos, el senador apenas figuraba en las encuestas. El método se ha vuelto un buen pretexto.