Algo no previó.
Él, que después de tantos años de hacer política, de trabajo, de dedicar todos los días y todas las horas a llegar a la Presidencia encabezando un movimiento que había hecho que todos sus fieles lo vieran, ahora, como un genio irrebatible, algo no calculó.
Él, que hace mucho tiempo pero que sobre todo desde que llegó a la Presidencia manda hacer, lee y entiende las encuestas como pocos, que actúa con base en lo que ahí encuentra y muchas veces le ha salido bien.
Él, que después de cinco años en Palacio Nacional acumulando popularidad gracias a la mañanera y los programas sociales —poco más—; no tiene a nadie que le debata una idea, le discuta una iniciativa, le pueda decir que tal vez alguna de las cosas que se le ocurren no son la mejor idea.
Él, que viendo —acertadamente en esos días— la pobreza de los aspirantes de la oposición construyó un concurso entre sus corcholatas restringido, aburrido, diseñado solo para homenajearlo haciéndose ellos pequeños.
Él no previó que una serie de factores, tal vez imprevisibles, cierto, hicieran surgir una candidata disruptiva que, por lo pronto y solo eso, quitó certeza a lo que se veía como el arrase de Morena en 2024.
Eso ha desatado la ira del político-candidato en lugar del político-presidente.
Y esa ira es no solo contra Xóchitl, es más, puede que sea menos contra Xóchitl que contra el periodismo y los medios que hace mucho tiempo el Presidente ve como sus enemigos, porque también es cierto que son los periodistas quienes hace muchos años —décadas— han sido los cuestionadores del poder político mexicano.
Ayer le tocó a Ciro Gómez Leyva. Una vez más, pero con una furia como nunca.
No necesita Ciro que nadie lo defienda. Tengo el privilegio de conocerlo hace casi 40 años, fue fundamental en mi formación y lo ha sido en mi carrera profesional. El trabajo de Ciro, del gran periodista Ciro Gómez Leyva, de todos estos años se defiende solo.
Hoy solo dejo aquí las preguntas que hizo Ciro ayer.
“Presidente y después de sus andanadas, ¿qué sigue? ¿El borrón y cuenta nueva? ¿El usted no dijo nada? ¿Qué significan estas palabras para mí en la calle? Usted es un Presidente que todavía trae una popularidad de poco más de la mitad de la población. ¿Qué significan esas palabras del Presidente de la República contra mí? Ojalá en mi caso no signifiquen un segundo atentado”.
Ojalá.
