Ayer, después del arresto de Jaime Rodríguez El Bronco, su predecesor en la gubernatura de Nuevo León, el hoy gobernador Samuel García, tuiteó: “Ser incorruptibles empieza por no robar, por castigar a los que robaron y desviaron el dinero de Nuevo León a sus campañas. Y aquí ya empezamos. #NuevoLeónIncorruptible #Broncofirmas”.
El caso de las firmas con las que el ex gobernador había llegado a ser candidato independiente a la Presidencia de la República ha sido debatido y juzgado en varias instancias, y en todas ha quedado claro que Rodríguez Calderón y su equipo dispusieron de personal del gobierno de Nuevo León para recolectarlas.
Ya en junio de 2020, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó que el Congreso local debía sancionar al Bronco por uso de recursos públicos para sus fines electorales, cosa que no sucedió porque Rodríguez Calderón alegó frente a la SCJN que el Legislativo no podía sancionarlo. En septiembre de ese mismo año, la Fiscalía del Estado de Nuevo León cesó a 11 servidores públicos por la recolección de firmas. Aunque, según las denuncias, habían participado más de 500 funcionarios de una veintena de dependencias estatales en el caso de las “broncofirmas”.
Ayer, por otro camino, fue arrestado con todo y espectáculo público más celebración del gobernador García. El detalle es que toda esta historia comenzó en enero de 2018, cuando el entonces legislador local de Nuevo León, Samuel García, presentó una denuncia en contra de la recolección ilegal de firmas realizada por dichos funcionarios. La denuncia fue hecha junto con Mariela Saldívar, compañera de la bancada del partido Movimiento Ciudadano.
Es decir, ayer estaba celebrando la acción sobre algo que él y su partido habían denunciado. Hay que insistir: el INE y el Tribunal Electoral han confirmado la ilegalidad de aquella operación y se le impuso multa. Samuel García llevó esa denuncia después a la fiscalía estatal. Ya veremos si más allá de las leyes electorales el proceso judicial encuentra ciertos los delitos por los que fue arrestado.
Pero no dejo de pensar que por haber sido él quien inició el asunto y por ser hoy gobernador, no candidato ni opositor, la celebración de ayer como si fuera un triunfo personal, además del espectáculo que se montó, ensucia el proceso y lo hace ver como una revancha, no como el camino normal que debería tener la justicia.
@puigcarlos