Ayer, después del escándalo que se armó en Nuevo León por las ganas de Samuel García de seguir gobernando el estado a través de uno de los suyos mientras se iba a la campaña por la Presidencia, Claudia Sheinbaum reunió en Ciudad de México a un nuevo grupo de políticos, ex funcionarios, académicos y colaboradores de su tiempo al frente del gobierno de CdMx, a los que presentó como coordinadores de mesas de trabajo para hacer su plan de gobierno en caso de que resulte la triunfadora en la elección de junio.
Presumió los logros de Andrés Manuel López Obrador en estos cinco años, su posición en las encuestas, la llenaron de aplausos y le gritaron presidenta, presidenta. Ya veremos cómo termina ese encuentro de egos entre sus coordinadores de mesas.
Lo que queda claro, y más con la participación del líder —es un decir— de los empresarios agrupados en el CCE, es que ayer se inauguró un nuevo Iepes (jóvenes, favor de usar Google) como en los mejores tiempos del priismo salinista.
Lo que importa, creo, es que es un evento normal de campaña como hemos visto en tantas campañas de los partidos en el poder desde hace tantas campañas.
La campaña de Sheinbaum sigue haciendo su trabajo de candidata de Palacio y adelante en las preferencias, entre menos ruido mejor y reforzando la narrativa de que el arroz ya se coció.
Ya veremos qué decide en estos días Movimiento Ciudadano respecto a su candidato o candidata a la Presidencia. A lo mejor a Dante Delgado se le hace realidad su ilusión de traer a Ebrard o ya de plano ponerse él en la boleta. Lo que creo no es difícil de predecir es que dado el desastre visto en los últimos días, quien sea candidato tendrá en la mira todo el tiempo al frente, al PRIAN. Si de por sí Samuel ya hacía más campaña contra Xóchitl que contra Sheinbaum, dados los eventos del fin de semana, quien lo sustituya lo hará con más ganas, con más ira.
En los próximos días, según se ha anunciado, Xóchitl Gálvez presentará a su equipo de campaña y de construcción de programa de gobierno. Uno supondría que los eventos del fin de semana tendrían que implicar ajustes en ambas cosas y algunas decisiones diferentes a las que hasta hoy hemos visto.
Porque si bien es cierto que este arroz no se ha cocido, faltan muchos meses y muchas cosas pueden pasar, el agua en la olla se empieza a calentar.
