El responsable de este espacio no es el único sospechosista del activismo “social” del incontinente obispo de Saltillo.
Fernando Valdés Flores, por ejemplo, supone que Raúl Vera López “se cura en salud respecto a las violaciones sexuales de curas pederastas en Coahuila”.
Opina también que lo que el ministro ha expresado sobre responsabilidades del gobierno mexicano “es cierto”, aunque no precisa cuáles.
Pero es cierto también, dice, que el obispo ha ocultado esos delitos, “convirtiendo su apostolado en favor de esos delincuentes en una agresión a los agraviados” por los depredadores “y manejado todo el asunto al margen de la ley”, lo cual “es una violación a los derechos de esas personas, encubierta siempre por su retórica liberadora y progre”.
A su vez, el fiel José Cara dice que Vera “siempre gozó de mi simpatía porque me parecía un cura liberal, demócrata, quizá de la teología de la liberación”, pero le decepciona constatar “una cantidad enorme de barbaridades, aberraciones y falsedades que ni los bravos guerrilleros de los 70 decían…”.
