“Y de ninguna manera el título de esta columna alude a ningún personaje, es simplemente un dicho”
La noticia cimbró las redes sociales el pasado miércoles, ya que fue este medio por el que Luis Fernando Salazar (actual diputado federal) anunció que renunciaría al Partido Acción Nacional por diferencias irreconciliables con la dirigencia nacional (o con Marcelo Torres Cofiño, heredero interno del ex candidato a la Presidencia de México por el blanquiazul, Ricardo Anaya).
“El Hooligan” como se le conoce en la grilla política llegó a Multimedios luego de que hice contacto con Javier Gómez (su jefe de prensa) para concretar una entrevista, “vamos llegando de México y mañana no puede porque (Luis Fernando) se va a reunir con Andrés Manuel y con el Gobernador”, me informó Javier.
Le pedí que hiciéramos la entrevista en el momento, la noticia no podía esperar: “Ahí te caemos en 20 minutos”. Fue tan rápida la respuesta de “El Hooligan” que ni siquiera había presentado su renuncia a María Eugenia Cázares, dirigente municipal del PAN, cuando la charla acabó se “arrancó”al PAN a hacer lo propio.
La historia había comenzado horas antes, cuando Marko Cortés visitó el Telediario Matutino. Cortés busca la dirigencia nacional del PAN y una de sus propuestas es prohibir estatutuariamente que los militantes “ventilen” sus conflictos internos con la prensa y la ciudadanía (menuda cosa pide Marko, ojalá y se diera una vuelta más seguido a Coahuila, donde los panistas se dan hasta por debajo de la lengua), horas después Luis Fernando mandaría “al carajo” uno de los preceptos del aspirante.
Dice “El Hoologan” que Ricardo Anaya sigue controlando al partido (caso contrario al PRI, una vez que Meade no cumplió con las expectativas, nadie más volvió a “pelarlo”) y que Marko Cortés es una imposición de la cúpula para seguir manipulando al instituto político, pero ¿Qué no es lo mismo que ocurrió con el propio Salazar junto con Bernardo González (a la sombra de Guillermo Anaya), Jesús de León y Esther Quintana? ¿Qué no fueron ellos los que controlan el PAN coahuilense? ¿Por qué ahora denuncia esa serie de irregularidades y no antes (cuando estaba en campaña, por ejemplo)? ¿Conveniente, no?
La realidad es que es lógico e inteligente lo que Luis Fernando hizo, los partidos pierden adeptos diariamente con el electorado, ya no confían en ellos y todos abandonan el barco: Nacho Corona, Reyes Flores, Juan Ávalos y ahora “El Hooligan”, un emblema del PAN de Coahuila.
Andrés Manuel lo “ungió” y lo bendijo con sus 36 millones de votos para que Salazar continuara sus aspiraciones (cuando finalice su periodo legislativo) de convertirse en “algo” (alcalde de Torreón, lo más probable), nada más que Luis Fernando no toma en cuenta que el poder desgasta y el auge que tiene el Presidente Electo no va a ser el mismo en el 2021. Al tiempo.
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