Qué bueno estuvo el inicio de la nueva temporada de Vecinos que se transmitió el domingo pasado por Las Estrellas.
¿Por qué? Porque le dio perfecta continuidad a todo lo que se había construido, porque hizo crecer a muchos de nuestros más queridos personajes y porque confirmó, una vez más, el admirable sentido de actualidad que hay detrás de este programa cómico.
Me encanta ver Vecinos porque siento que estoy viendo la vida misma, pero desde una perspectiva amable.
Es ver a los niños crecer, a los recién casados embarazarse. Es como la vida en cualquier edificio, en cualquier conjunto. Es ser parte de algo que evoluciona con nosotros como televidentes y más ahora con la pandemia.
¿A usted no le llama la atención, por ejemplo, que así como millones de personas nos hemos tenido que acostumbrar a cosas que antes sonaban rarísimas, como las juntas por zoom, los personajes de Vecinos estén pasando por lo mismo?
¿Ahora entiende por qué me parece tan bueno el inicio de esta nueva temporada?
Estas señoras, estos señores, son geniales y no sólo hablo de los escritores, los productores y los directores. ¿Qué me dice de los actores?
No sé qué opine usted, pero yo amé a Macaria y a Moisés Suárez interpretando el arrebato de riqueza de sus personajes, o a Darío Ripoll y a Pablo Valentín viviendo toda aquella esperanza.
¿Y qué me dice de Eduardo España, de César Bono, de Manuel El Flaco Ibáñez y de todos los demás?
“Vecinos” es un programón que, a ojo de buen cubero, no sólo ilumina nuestros días oscuros. Se hace respetando los más exigentes estándares sanitarios.
Luche por verlo. Le va a encantar. De veras que sí.
Negan
Estoy entre fascinado y triste por el final de la más reciente temporada de The Walking Dead de AMC que se transmitió el domingo pasado por STAR Series y ayer, por STAR Channel.
La razón es muy simple: fue el último final de temporada que le vamos a conocer a ésta, una de las series de televisión más importantes de todos los tiempos.
The Walking Dead se va. Su última temporada será la próxima, la que se estrenará el 22 de agosto de este año ahí mismo. No veremos más finales de temporada. Lo único que veremos, a partir de hoy, será el final definitivo, el finale.
¿Qué le puedo decir del último final de temporada de este concepto? Que fue simple y sencillamente magistral. Mis razones, más allá de cualquier gusto personal, son:
Le dio redondez estructural a lo que quedó pendiente desde las primeras temporadas, nos ayudó a entender a personajes que antes aparentemente no tenían justificación para ser como eran, como Negan (Jeffrey Dean Morgan), y alimentó todas las teorías consipiratorias y de líneas temporales que los fanáticos teníamos sobre este proyecto.
¿Cómo es posible que hoy escriba bien de The Walking Dead si antes le había escrito mal?
Porque antes no había vivido una pandemia, porque antes no tenía la sensibilidad para entender el por qué de muchas cosas que me parecían tediosas, porque siento un espíritu, muy genuino, por parte de los responsables de esta título, por cerrar muy en alto, por ofrecernos algo histórico.
Todavía no se acaba y ya siento que la extaño, que su final definitivo me duele.
¿Le puedo pedir un favor? Más allá de que tiene que ver lo que pasó el domingo, haga un esfuerzo por ver todo The Walking Dead antes de agosto. Ahí va a pasar algo importante. ¿A poco no?
alvaro.cueva@milenio.com
