Amo, como nadie en México, “La CQ: nuevo ingreso”, la famosísima producción de Pedro Ortiz de Pinedo.
¿Por qué? Porque me encanta. Punto. Me divierte. Me hace feliz. Pero, más allá de esto, que son mis gustos personales, ¿qué pasa a nivel periodístico? Mucho.
“La CQ: nuevo ingreso” confirma que en TelevisaUnivision si saben corregir errores porque, le recuerdo, este exitoso programa cómico estuvo suspendido durante 10 años y exactamente en diciembre de 2024 regresó para dejar a todos con la boca abierta.
Y es que es un tipo de comedia infantojuvenil 100 por ciento familiar que ya lo quisiera Disney para un día domingo porque se apoya en los más profundos valores y en los más simpáticos referentes de nuestra cultura nacional.
Por tanto, conecta con quien tiene que conectar cuando tiene que conectar.
Si se hubiera lanzado en Las Estrellas en los años 80 o 90 hubiera enloquecido a las multitudes como “Cachún cachún ra-ra”, “Mi secretaria” o “Doctor Cándido Pérez”.
Además, este concepto escrito por Pedro y por Óscar Ortiz de Pinedo es lo máximo de lo máximo para los clientes de Canal 5 porque aquí pueden anunciar cosas que sería imposible promover en otros lugares.
En serio, es un título muy importante y más porque sus talentos van a ser las luminarias de mañana. Ahí están las próximas Galileas Montijo y los próximos Araths de la Torre.
Son chicas maravillosas, chicos maravillosos. Talentos de lo mejor. Quién sabe cómo estuvo ese “casting” pero de que se hizo bien, se hizo muy bien.
¿Cuál es la nota? Que el 1 de diciembre se estrenó la nueva temporada de este proyecto a las 18:30, en frecuencia de lunes a viernes, en Canal 5.
Toda la temporada de 15 episodios está disponible en VIX.
¿Qué hay de nuevo? Más chistes, mejores situaciones y la consolidación de una nueva generación de actrices y de actores.
En el primer capítulo, el que salió al aire el lunes, tuvimos la actuación especial de Chaparro Chuacheneguer y yo todavía no puedo creer lo que hicieron con él.
Entró perfectamente bien en la trama, enganchó con las chavas y los chavos con una facilidad asombrosa y su galanura nos hizo reír como difícilmente lo hubiera conseguido algún otro talento.
¿Pero qué tal la parodia de la novela “Como agua para chocolate” que se aventaron en el segundo episodio?
Me carcajeé como estúpido y floté de placer porque haber hecho eso confirma que la televisión abierta no tiene por qué estar peleada con los libros y que este texto increíble de Laura Esquivel forma parte fundamental de nuestro imaginario colectivo incluso con las nuevas generaciones.
Por favor no pierda de vista el trabajo de Josemaría Nieto (Mini). Este niño tiene una gracia monumental.
Nico Villagrana (Choche) nació para esto. No sé por qué lo veo y me siento como me sentía cuando iniciaba Luis Gerardo Méndez.
Tania Nicole (Sofi) podría ser estrella protagónica de telenovelas ya, ya, pero ya.
Y por el lado de los adultos, quisiera destacar la interpretación de Claudio Herrera.
No menciono a las y los demás por un tema de espacio pero aquí, como en “La cosquilla”, como en “No empujen” y como en muchos de los mejores clásicos de la televisión cómica mexicana, el ensamble es lo que brilla. Todas y todos están bien.
Gran trabajo de dirección de Sergio Adrián Sánchez porque, ojo, son chiquitas nuevas, chiquitos nuevos, y no cualquiera tiene el talento para hacerlas y hacerlos triunfar así. ¡Felicidades!
Luche con todas sus fuerzas por ver “La CQ: nuevo ingreso”. Le va a gustar. De veras que sí.