Muchos turistas buscan experiencias refrescantes en los balnearios hidalguenses. Entre los más emblemáticos están las Grutas de Tolantongo, un paraíso rodeado de montañas y aguas termales que no solo ofrece impresionantes vistas de cañones, sino también piscinas naturales y ríos con agua cristalina que mantienen una temperatura cálida durante todo el año.
Otro destino es El Arenal, donde se ofrece una combinación de aguas termales y toboganes para toda la familia, haciendo de él un lugar ideal para todas las edades. Los servicios incluyen restaurantes, áreas de camping y palapas, lo que garantiza una experiencia completa para quienes buscan un fin de semana de relajación y diversión.
Regresando a las maravillas de la naturaleza, El Tephé es un balneario muy conocido por sus piscinas de olas artificiales y toboganes de alta velocidad. Este lugar no solo ofrece diversión acuática, sino también hospedaje en cabañas y zonas de camping, lo que lo convierte en una opción perfecta para quienes buscan una experiencia completa de fin de semana.
En Tlacotlapilco, un balneario poco conocido pero lleno de encanto, los visitantes pueden disfrutar de aguas termales en un entorno más íntimo y menos saturado; es un lugar perfecto para quienes buscan relajarse sin el bullicio de otros destinos más populares, donde además hay áreas de asadores y zonas para días de campo ideales para un día tranquilo en familia.
Nadie que visite Hidalgo puede dejar de conocer El Geiser y hallar ahí una experiencia de aguas termales con propiedades terapéuticas en medio de formaciones rocosas. Este balneario es conocido por sus vapores minerales y su impresionante infraestructura que incluye hoteles, spa y hasta puentes colgantes.
Al hablar de balnearios icónicos, Te-Pathé debe estar en la lista. Este lugar se distingue por sus amplias piscinas y áreas verdes, además de contar con zonas de juegos para niños y múltiples toboganes; es ideal para grandes grupos, ya que ofrece descuentos para familias numerosas y áreas de campamento a precios accesibles.
A los anteriores hay que sumar El Huemac, otro balneario que ha ganado popularidad en los últimos años gracias a sus aguas cristalinas y su atención al visitante. Con áreas de descanso, canchas deportivas, y zonas de comida, es un destino completo para disfrutar de un día en familia.
Para quienes buscan algo diferente, El Paraíso Escondido es un balneario que se encuentra rodeado de naturaleza y que ofrece una experiencia más privada. Con varias albercas y espacios de relajación, es un lugar ideal para desconectarse del estrés diario. Las áreas de camping y las cabañas permiten disfrutar de noches tranquilas al aire libre.
El Pueblo Nuevo es un balneario pequeño pero acogedor, ideal para quienes buscan aguas termales en un ambiente más rústico y tradicional. Situado cerca de Mixquiahuala, este lugar es conocido por sus aguas sulfurosas y sus propiedades curativas.
Sorprendente es un calificativo que no hace total justicia a Las Lumbreras, un balneario de increíble belleza natural ubicado cerca de Tecozautla con piscinas de aguas termales rodeadas de naturaleza virgen y áreas para fogatas y asadores, lo que lo hace ideal para una escapada de fin de semana.
También en este municipio se encuentra la Cruz Azul, un balneario que se distingue por sus aguas termales y su parque acuático que incluye múltiples toboganes y albercas para todas las edades; además, ofrece cabañas y zonas de camping para quienes desean pasar la noche rodeados de naturaleza.
Adentrarse en los balnearios de Hidalgo es una experiencia que combina relajación, diversión y conexión con la naturaleza. Ya sea que se busquen emociones fuertes en toboganes gigantes o la tranquilidad de un baño termal, los balnearios hidalguenses ofrecen algo para cada tipo de viajero, así que para usted que arde en deseos de pasar una jornada inolvidable, y divertida, ya sea en familia, en pareja o con amigos, prepárese para disfrutar de un viaje que promete refrescar cuerpo y mente y renovar las energías luego de una semana de labores.
