La gran incógnita que encierra la trama de Morena en Puebla de cara al 2024, es saber si con los resultados de la encuesta que defina al “Coordinador de los comités de defensa de la Cuarta Transformación”, quiere decir, la definición del candidato a la gubernatura del estado, pueda venir un rompimiento entre las estructuras y con ello, el candidato sea vulnerable al grado de cerrar la elección y hasta en una de esas, perderla. En otras palabras, que estallé una guerra interna por el poder y todo se venga abajo.
Y es que los tres perfiles que compiten para despachar desde Casa Aguayo del 2024 al 2030 son diferentes en carácter, personalidad y temperamento.
Alejandro Armenta, Ignacio Mier y el primo de Barbosa, Julio Huerta, fueron formados en diferentes momentos de la vida política de la historia de Puebla.
¿Qué podría pasar después de noviembre que se elija al candidato a través de la encuesta?
Uno de ellos quizá abandone el partido para aliarse a otro y llevarse con él su capital político.
Otro podría exigir posiciones y solo trabajar por sus propios intereses, que no necesariamente por el fortalecimiento del proyecto gubernamental.
Y quizá uno, el que se dice más lopezobradorista (porque además, sí lo es), sería el único capaz de dejar a un lado la competencia interna y trabajar por el movimiento, aun si esto representa apoyar a quien fue su acérrimo rival en la interna.
Tomando en cuenta que el morenismo se contagio de las malas mañas del PRI y hasta un poco del PRD, no se sabe si en Puebla pueda ocurrir lo que en Coahuila donde la coalición implosionó o por el contrario, que ocurra lo del Edomex donde los aspirantes actuaron de forma institucional y cerraron filas entorno a Delfina Gómez, hoy gobernadora electa.
También jugará un papel relevante el desempeño de quien resulte el o la candidata de Morena a la Presidencia de la República. Suponiendo un escenario donde las encuestas actuales se reflejen de aquí a agosto y sea Claudia Sheinbaum, el despunte de la panista Xóchitl Gálvez ha cambiado por completo el escenario y eso repercutirá en Puebla, donde todavía hay mucho arraigo de la derecha y lo que se esperaba era precisamente un personaje como la “Sra. X”.
