Movimiento Ciudadano vive un fenómeno curioso, pues mientras sus adversarios se desangran en pleitos internos, el partido naranja se vende como la nueva vitrina de lo “fresco”, lo “independiente”, lo “sin pasado”. Y en Puebla, la que mejor lo ha sabido capitalizar se llama Fedrha Suriano.
Durante su Informe legislativo, la diputada del bloque naranja no solo llenó el salón; lo que realmente llamó la atención fue quiénes estaban sentados en las primeras filas, como el dirigente nacional, Jorge Álvarez Máynez, la coordinadora parlamentaria en la Cámara de Diputados, Ivonne Ortega; también Alejandra Barrales y el impresentable de Néstor Camarillo, ambos senadores de la república, además de Sergio Gil y Pablo Vázquez, figuras clave del movimiento naranja.
Ese nivel de respaldo no es casualidad. Ningún otro legislador del bloque oficialista o de los demás partidos, ha recibido un cobijo tan explícito de la cúpula nacional. El mensaje aclara que Fedrha no es una pieza más del tablero, sino que es una de las cartas fuertes del partido de cara al 2026, año en que vendrán los preparativos para la elección intermedia.
Porque, guste o no, Movimiento Ciudadano está de moda. Los desencantados del PRI y del PAN ven en él una puerta abierta y los que no encontraron lugar en Morena, ni en sus satélites del PT y PVEM, lo miran como un trampolín más amable. En política, las oportunidades no se desperdician, y el reacomodo de cuadros ya comenzó.
Si el partido logra convertir esa ola en estructura, Fedrha podría salir muy fortalecida. Su perfil activo, combativo y con discurso propio dentro del Congreso local, la coloca como una de las voces más visibles del movimiento en Puebla.
Por eso, que nadie se sorprenda si en los próximos meses aparecen Eduardo Rivera, Lupita Leal y otros perfiles conocidos explorando el camino del fosfo-fosfo. El desgaste del bipartidismo tradicional y la saturación de Morena abren espacio para quienes buscan reflectores nuevos.
Y en esa pasarela política, Fedrha Suriano parece tener la ventaja pues la marca la respalda, la dirigencia la apoya y el momento político le sonríe. Ahora solo falta ver si sabe cómo capitalizarlo.
El otro reto, es filtrar mejor a los impresentables o al “cascajo político”.
