Por: Antonio Farías
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
La legitimidad de las decisiones ya no puede radicar sólo en los resultados electorales, la legitimidad por aval presidencial ya no es suficiente. Como ciudadanos, debemos exigir que las decisiones reflejen un respeto absoluto a los derechos humanos y a la normatividad vigente; si no lo hacen, la decisión es ilegal y de no ser castigada quedará impune. También debemos presionar para que las decisiones sean informadas, plurales y basadas en evidencia. Las decisiones por ideología no tienen cabida en una sociedad democrática. El presidencialismo mexicano absoluto, que reprimía a la ciudadanía en favor de un régimen autoritario, sólo puede revivir ante la inacción de los ciudadanos. No podemos rendirnos ante la supresión sistemática de nuestras demandas. Ningún acto de corrupción o impunidad es menor. Actuemos y construyamos en comunidad. La comunidad estudiantil, académica y de trabajadores del CIDE han sido ejemplo de convicción ciudadana al exigir autonomía y democracia en las universidades y centros públicos de investigación y denunciando actos ilegales que hoy permanecen impunes. Seguiremos levantando la voz.