L a economía mundial disfruta de un repunte. Todavía no está claro si es algo más que cíclico. Pero es un repunte. Es más, no solo es un repunte en una parte de la economía mundial. Es un crecimiento mundial sincronizado. Entonces, ¿qué significa esto para la industria de lujo?
En 2016, la economía mundial (medida en la paridad de poder adquisitivo) creció 3.1%. En el Panorama Económico Mundial más reciente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó un crecimiento económico de 3.5% para este año y 3.6% para 2018.
Los pronósticos del FMI difícilmente han cambiado desde octubre pasado (solo subió 0.1% para este año y no hubo cambio para 2018) o desde su actualización de enero. Pero ese es el punto. El FMI piensa que la economía mundial se va a fortalecer, y hasta lo que uno puede ver, lo ha hecho.
En las economías de altos ingresos, se pronostica que el crecimiento llegue a 2% este año y el siguiente, y la economía de Estados Unidos (EU) crecerá un poco más rápido (2.3% en 2017 y 2.5% en 2018) y la zona euro un poco más lento (1.7% y 1.6%, respectivamente).
Se pronostica que todas las principales economías de altos ingresos tengan un crecimiento razonable, España va a la cabeza (2.6% este año) e Italia se queda atrás (solo 0.8%).
La mejora también es notable en las economías emergentes y en desarrollo. Después de crecer 4.1% el año pasado, se pronostica que se expanda 4.5% este año y 4.8% en 2018. Es sorprendente que todas las regiones y las economías importantes están creciendo. Incluso se pronostica que la golpeada economía brasileña crezca 0.2% este año, después de tener una contracción de 3.6% en 2016, y se pronostica que Rusia crezca 1.4%, después de tener una reducción de 0.2% el año pasado.
Sin embargo, los líderes todavía son los países asiáticos emergentes y en desarrollo, que se pronostica tendrán un crecimiento de 6.4% este año y el siguiente.
La India será la economía grande de mayor crecimiento del mundo, con un pronóstico de crecimiento de 7.2% este año (en comparación con 6.8% en 2016) y 7.7% en 2018. El pronóstico es que China se tenga una desaceleración muy lenta, que tenga un crecimiento de 6.6% este año (ligeramente por debajo del 6.7% de 2016) y 6.3% el próximo año.
Estas mejores perspectivas están sujetas a riesgos serios, los más evidentes son los geopolíticos. El ascenso del populismo aún puede transformar la economía mundial, sobre todo si el gobierno de Donald Trump termina (como ahora parece menos probable que hace unos meses) con una importante agenda proteccionista. Hay riesgos significativos de conflictos militares entre grandes potencias. El crecimiento de China también depende del rápido aumento de la deuda, que tiene poca probabilidad de ser sustentable en el largo plazo
Sin embargo, supongo que ese tipo de riesgos no se van a materializar. Por lo tanto supongo que ocurrirá el repunte esperado. Eso debe ser bueno para los negocios de lujo. Pero algunas economías son mucho más importantes que otras para este tipo de negocios.
Por tanto, según las estimaciones de la consultora Bain, de los residentes de las economías de altos ingresos que representaron poco más de la mitad del mercado mundial de lujo en 2016: 23% fueron estadounidenses; 19%, europeos, y 11%, japoneses. Mientras que los chinos representaron hasta 30% y otros ciudadanos de Asia otro 10% más.
Un giro importante es que 75% de las compras ocurrió dentro de países de altos ingresos: 33% en el continente americano, 33% en Europa y 9% en Japón. Mientras que China representó casi un tercio de las compras de lujo, solamente 7% ocurrió dentro del país asiático, pero este equilibrio ahora podría cambiar.
Si bien la compra de productos de lujo es parte de la experiencia de los turistas chinos, los temores por el terrorismo los alejaron de los centros tradicionales como París, y los aranceles de importación en productos de lujo aumentaron. Por lo tanto, hay más chinos que compran en su país. El conglomerado de lujo Richemont informó que las ventas en la región Asia-Pacífico subieron 10% en el último trimestre de 2016, citando un “sólido desempeño” en China continental y Corea.
En general, la perspectiva a corto plazo para la economía mundial parece buena. Lo mismo ocurre para los negocios de lujo, con una recuperación de las economías de altos ingresos, la fuente dominante de las compras. Por ejemplo, al parecer se detuvo la desaceleración de dos años en la industria relojera. Otro acontecimiento de transformación, en el tamaño del aumento de los chinos como compradores, no está en el horizonte. Sin embargo, a menos de que haya un desastre, el mercado total debe permanecer razonablemente prometedor.
