En el inicio de la Cuaresma, los precios del limón, papa, cebolla y el aguacate entre otros se incrementaron hasta en 300 por ciento.
El mismo caso se observa en los costos del frijol, el maíz o la leche, en que a los productores les compran a tres veces menos de lo que se vende en el mercado, situación que afecta también a todos los consumidores a nivel nacional.
Prueba de ello es que el limón ha llegado a cotizarse entre 40 y 60 pesos el kilo, la cebolla a 35 y la leche se vende a un promedio de 14.50 pesos el litro cuando al pequeño ganadero se le compra a menos de la mitad.
Para la Confederación Nacional Campesina, estos incrementos son el resultado de la falta de productividad en el campo mexicano y por intermediarios o "coyotes" para especular con precios de los alimentos.
