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Japón pide más japoneses

El gobierno planea impulsar la población para asegurar las 148 islas remotas.

Japón lanza una campaña urgente para aumentar la población en 148 islas remotas mientras trata de atajar nuevas disputas territoriales con China y Corea del Sur. De acuerdo con los funcionarios que trabajan en dicho plan, el próximo mes de abril el gobierno designará legalmente a las islas como territorios habitados fronterizos, y eligió 71 para que reciban una ayuda especial debido a su aislamiento y la gravedad del descenso de su población.

El esfuerzo destaca la profunda sensación de vulnerabilidad que tiene Japón cuando trata de defender un extenso archipiélago de cerca de 6,800 islas en un vecindario problemático y con una población total que se enfrenta a un descenso a largo plazo.

Esto se produce después de que en 2012 se desató una disputa por las islas Senkaku, conocidas en China como Diaoyu, evento que hundió en una crisis las relaciones con Beijing y llevó a enfrentamientos continuos entre aviones de combate y barcos de guardacostas en el Mar de China Oriental.

El grupo de pequeñas islas una vez tuvo una población de 200 japoneses, pero ahora no está habitada. “Si todavía hubiera gente viviendo en las Islas Senkaku, tal vez no tendríamos ese problema con China”, dijo un funcionario que trabaja en la política y que no se identificó.

Tokio tiene otra disputa con Seúl sobre Las rocas de Liancourt, conocidas como Takeshima en Japón y Dokdo en Corea del Sur que han estado ocupadas por guardacostas coreanos durante décadas. La población de las islas remotas de Japón cayó de manera constante de 1.3 millones en 1955 a 636,000 en 2010.

Con la caída que se espera de la población total del país de 127 millones a 92 millones durante los próximos 40 años, se espera que esa tendencia se acelere. El nuevo plan -que se deriva de una ley que se aprobó el año pasado- insta a que el gobierno construya instalaciones cívicas, compre tierras en las islas, mejore los puertos y evite las visitas ilegales de barcos extranjeros.

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Para las 71 islas especialmente designadas, hay 5,000 millones de yenes (44 millones de dólares) al año para subsidio de transporte y creación de empleos para los residentes. Yaichi Tanigawa, miembro del Parlamento del gobernante Partido Liberal Democrático, dice que dejar que las tierras queden deshabitadas es malo para la seguridad nacional.

Su circunscripción abarca muchas islas en la prefectura de Nagasaki, que incluye su lugar de nacimiento en la cadena de Goto. “Cuando era niño, la población era de 157,000. Ahora es de alrededor de 55,000”, dijo. Una segunda razón para la nueva ley, dice Tanigawa, es recompensar a los pobladores de la isla porque sus hogares impulsan la zona económica exclusiva de Japón. “Gracias a ustedes nuestra zona económica es más grande”, dijo.

“Amplía seis veces nuestro territorio”. Entre las islas más sensibles se encuentran las del grupo de Tsushima, donde la población de 34,000 habitantes se encuentra a la mitad del camino entre Japón y Corea. Las compras de tierra por parte de coreanos en Tsushima inquietaron a los nacionalistas japoneses. La isla de Yonaguni, que está a 120 kilómetros de Taiwán pero a 2,000 kilómetros de Tokio, tiene una población de 1,715 habitantes y ahora alberga una estación de radar y guarnición para monitorear el Senkakus.

Los grupos Daito y Ogasawara -cada uno de ellos genera una enorme zona económica exclusiva en el Mar de Filipinas- tienen una población de 2,107 y 3,029, respectivamente.

Además del plan para mantener las poblaciones existentes, en los últimos años Tokio se encuentra en una fiebre de darle nombres a las islas, bautizó a cientos de islotes deshabitados con nombres inverosímiles para hacer valer de mejor manera sus credenciales japonesas.

Japón también trata de regenerar el coral en el atolón de Okinotorishima para respaldar su afirmación de que el arrecife califica como una isla. Sin embargo, dada la demografía general, los expertos no desestiman el reto que es mantener a las personas en comunidades donde los hijos tienen que salir para poder asistir a la preparatoria y las únicas opciones de carrera que tienen son la pesca y la agricultura.

“Las islas remotas tienen desventajas para la industria, el empleo, el transporte, la crianza de hijos, la educación y el bienestar, por lo que el fenómeno del descenso de la población tiene una sorprendente relación con el resto del país”, dijo Ainosuke Kojima, director ejecutivo del Centro de Investigación y Promoción de las Islas Japonesas. Agregó que el factor más importante para mantener personas en las islas es desarrollar industrias y empleos. “Ese es el principal objetivo de la nueva ley”.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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