Algunos inversionistas tal vez estén preocupados por una burbuja de activos relacionada con la inteligencia artificial (IA) . Pero las ventas de chips de esta tecnología se mantienen fuertes, y se espera que el mercado alcance casi los 100 mil millones de dólares (mdd) este año, el doble que en 2023. Sin embargo, no todos los fabricantes de chips están sacando provecho. Samsung Electronics es un ejemplo destacado. El fabricante surcoreano de chips y smartphones publicó esta semana un estimado de utilidades operativas del cuarto trimestre de 2024, las cuales no alcanzaron las estimaciones de los analistas del mercado por un margen significativo, lo que destaca los retos actuales que hay para capitalizar esta tendencia.
Se espera que las utilidades operativas sean de 4 mil 500 mdd para el último trimestre de 2024, dijo Samsung. Esto marca una disminución de 29 por ciento con respecto al trimestre anterior, cuando tampoco logró cumplir con las estimaciones de utilidades para su negocio de chips. Su desempeño ha sido lo suficientemente decepcionante como para provocar una inusual disculpa a los inversionistas en octubre, y un reconocimiento de que se considera que la compañía está en “crisis”.
Su progreso más lento en el suministro de chips de gama alta, como los de memoria de banda ancha que utiliza Nvidia para sus chips de IA, los hizo quedar rezagados con respecto a su rival de menor tamaño SK Hynix, en este lucrativo mercado. Mientras tanto, el segmento tradicional de chips de memoria, que incluye chips para coches y dispositivos como smartphones, también enfrenta una presión cada vez mayor por una disminución de los precios y la demanda. Los precios promedio de estos chips cayeron alrededor de un cuarto el año pasado.
Los retos que enfrenta Samsung son mucho más profundos que los chips. Históricamente, las ventas de dispositivos como smartphones, televisores y electrodomésticos proporcionaron un colchón confiable contra las caídas cíclicas de la industria de chips.Pero este segmento, que alguna vez fue confiable, ahora también enfrenta vientos en contra debido a la disminución de la demanda de los consumidores y el crecimiento de la competencia a nivel mundial.
Los inversionistas no deberían descartar por completo a Samsung cuando buscan exposición a la IA. La compañía conserva una ventaja clave como uno de los pocos fabricantes de circuitos integrados, que tiene la capacidad de producir chips de memoria esenciales para aplicaciones de inteligencia artificial. El circuito integrado de IA de alto margen ayudará a los fabricantes de chips a compensar la debilidad en otras áreas, y se espera que los precios de los componentes de memoria tradicionales caigan aún más este año.
Sin embargo, es poco probable que las preocupaciones de los inversionistas disminuyan hasta que Samsung asegure tener una posición como proveedor clave de Nvidia. Las últimas estimaciones de utilidades de Samsung apuntan a un margen operativo de 8.7 por ciento, un marcado contraste con los márgenes promedio de TSMC, de más de 40 por ciento en los últimos cuatro años.
A medida que sus rivales ganen participación de mercado, cerrar esa brecha dependerá de la rapidez con la que Samsung pueda ponerse al día en tecnología y listas de clientes.
OMM