Los fabricantes chinos de robots impulsan una ola de automatización de bajo costo que ayuda a las fábricas locales a producir más bienes a precios más bajos, algo que le permite al país aumentar su participación en las exportaciones, incluso en productos que requieren un fuerte uso de mano de obra.
El plan Hecho en China 2025 del presidente Xi Jinping y otras iniciativas impulsaron el desarrollo de productores locales de robots y alimentaron la inversión y el crédito en la industria de fabricación.
Las plantas chinas instalan alrededor de 280 mil robots industriales al año, la mitad del total mundial, lo que sitúa la densidad de máquinas por trabajador del país por encima de la de Alemania y se acerca a la de Corea del Sur, el líder, de acuerdo con la Federación Internacional de Robótica.
Datos del grupo de investigación chino MIR Databank muestran que la mitad de esos robots son fabricados por grupos nacionales como Chengdu CRP Robot Technology, que logró captar clientes locales al ofrecer precios más bajos que sus rivales globales.
“No todo el mundo necesita un Audi A8. En muchos casos, nuestra funcionalidad y estabilidad serán suficientes”, dijo el director de CRP, Li Liangjun. Sus robots para soldar se venden a 60 por ciento del precio de sus rivales japoneses Yaskawa y Fanuc, y los de ABB y Kuka.
Los economistas creen que una automatización agresiva puede explicar por qué China desafía la trayectoria de desarrollo típica de perder la fabricación de gama baja a medida que aumentan los salarios.
Los datos comerciales que recopiló el Growth Lab de Harvard muestran que entre 2019 y 2023 China aumentó su participación de exportación global en una serie de industrias que requieren de un uso intensivo de mano de obra.
La participación de exportación global del país de pequeños productos de fabricación, como escobas, trapeadores y bolígrafos, aumentó 9 puntos porcentuales, hasta 52.3 por ciento, durante el periodo de cuatro años. Las exportaciones de muebles ganaron alrededor de 1.5 puntos porcentuales de participación de mercado, mientras que la presencia de China en las exportaciones mundiales de juguetes aumentó de 54.3 a 56.9 por ciento.
Esto ocurre a pesar de que el trabajador promedio de una fábrica en Dongguan gana 5 mil 200 yuanes (729 dólares) al mes, mientras que un indio puede ganar 17 mil 100 rupias (194 dólares), de acuerdo con estadísticas gubernamentales de ambos lugares.
“Es bastante sorprendente”, dijo Leah Fahy, economista especializada en China de Capital Economics. “Históricamente, a medida que los países se desarrollan, los costos laborales aumentan y dejan de producir estos bienes”.
Esto se puede ver en una fábrica de Sichuan, provincia del suroeste, donde robots de soldadura de Chengdu CRP fusionan piezas de acero para formar el chasis de un carro eléctrico de tres ruedas.
“Con cada robot, nuestros costos de mano de obra se reducen a la mitad y nuestra eficiencia aumenta”, dijo Song Ling, subdirector de Shuangsheng New Energy Vehicle, la pequeña empresa propietaria de la fábrica. “No queda otra opción que automatizar”.
En los últimos tres años, Shuangsheng automatizó la mitad de su línea de producción, optando por comprar decenas de máquinas de fabricación local después de hacer pruebas para compararlas con varias de grupos japoneses. La planta ahora envía volúmenes cada vez mayores de carritos de carga y tuk-tuks de 6 mil yuanes al sudeste asiático, así como a África y Estados Unidos.
El director de CRP dijo que las fábricas locales compran sus robots chinos, más asequibles, para fabricar diversos productos de gama baja, como carritos, muebles, equipos de fitness y bicicletas.
“En el pasado, China dependía de su gran población de mil 300 millones de personas y de la abundante mano de obra barata para consolidarse como potencia de fabricación”, añadió Li. “Ahora mantiene su ventaja laboral con mano de obra robótica”.
En Shuangsheng, decenas de robots de CRP comenzaron a sustituir a los soldadores, que podían cobrar salarios mensuales de hasta 15 mil yuanes. El gobierno espera que muchos obreros puedan mejorar sus habilidades y convertirse en trabajadores “purple collar” (que combinan los conocimientos de trabajadores de “cuello blanco” y de “cuello azul”) en expansión de técnicos en robótica. Sin embargo, el empleo general en las industrias con uso intensivo de mano de obra está disminuyendo. De 2011 a 2023, el empleo en grandes empresas de 12 industrias que requieren de un uso intensivo de mano de obra se redujo 26.5 por ciento, según el gobierno chino.
Jiang Xiangqian, vicepresidente del fabricante de robots Topstar, dijo que, en última instancia, las máquinas van a reemplazar a todos los trabajadores de las fábricas. “No vamos a necesitar una sola persona en toda la cadena”, dijo.
En el centro textil de Keqiao, en el sur del país, Jay Ye, propietario de Shaoxing Longkai Textile, ya adquirió varias máquinas de impresión y bordado de gran capacidad para reemplazar a los trabajadores y aumentar la productividad.
Ye dijo que las máquinas que se fabrican a nivel local ayudaron a duplicar la producción de su fábrica, mientras que al mismo tiempo aumentan los márgenes de utilidades. “En India todavía se borda a mano”, explicó Ye. “Nosotros usamos máquinas”.