El gobierno de Hangzhou, el centro de tecnología de China, asigna funcionarios a 100 empresas locales, entre ellas el grupo de tecnología Alibaba, en el ejemplo más reciente de cómo se estrechan los lazos entre el Estado y el sector privado.
La medida, que se describió como una iniciativa local, pone de relieve uno de los muchos puntos álgidos de la tensa relación de China con Estados Unidos. La preocupación de Washington sobre las líneas borrosas entre el Estado y sus empresas de tecnología ya llevaron a Pekín a reducir su proyecto de política industrial “Hecho en China 2025”, que establece los sectores en los que quiere que las empresas nacionales dominen en casa.
Compañías, entre ellas Alibaba, ya tienen células comunistas incorporadas a sus operaciones y los ejecutivos de alto nivel dedican gran parte de su tiempo a tratar con funcionarios del gobierno sobre cuestiones de políticas y otros asuntos.
Otras grandes empresas acorraladas en la iniciativa incluyen a la automotriz Geely. El grupo refresquero Wahaha también forma parte del grupo, de acuerdo con los medios estatales chinos.
Hangzhou, a cerca de 175 kilómetros o una hora en tren de Shanghái, dijo que la medida “innovadora” forma parte de su “Nuevo Plan de Industria de Fabricación”. Representantes del gobierno van a atender a empresas importantes y van a ayudar a facilitar la cooperación y comunicación con el gobierno, informó el medio estatal Zhejiang Online.
Alibaba dijo que la medida funcionará como “un puente” entre el gobierno y el sector privado.
“Entendemos que esta iniciativa del gobierno de la ciudad de Hangzhou busca fomentar un mejor entorno de negocios en apoyo a las empresas que tienen su sede en Hangzhou”, dijo un portavoz.
“El representante del gobierno funcionará como un puente con el sector privado, y no va a interferir en las operaciones de la compañía”.
El gobierno chino tiene una relación complicada con las empresas privadas que se nutrieron con la limitada competencia extranjera y con la burocracia, y a menudo ven con sospecha a los empresarios de alto perfil que podría presentar un desafío para su control sobre la sociedad.
Como parte de una ofensiva reciente contra un grupo de empresas privadas el año pasado, el presidente del grupo de seguros Anganb, Wu Xiaohui, recibió una sentencia de 18 años en prisión por fraude.
Beijing ha tratado de recalibrar su relación con sus campeones del sector de tecnología a medida que los bancos de propiedad estatal y otras empresas ven cómo los negocios se escapan para irse con los imperios corporativos en constante crecimiento de Alibaba y sus par Tencent.
Con información de Archie Zhang y Sherry Fei Ju
Estatal
Hace aproximadamente una década, las 10 empresas más grandes de China por valor de mercado eran totalmente de propiedad estatal.
Escala global
En la actualidad la lista la encabezan las privadas Alibaba y Tencent, que se encuentran entre las 10 empresas más valiosas a escala mundial.
Una moratoria de nueve meses sobre las licencias comerciales para nuevos juegos hizo trizas las ganancias de Tencent el año pasado, y tanto ellos como Ant Financial, la filial de pagos de Alibaba, vieron mermadas sus ganancias por la eliminación de la capacidad de invertir depósitos de clientes.
Mientras tanto, Alibaba aún no obtiene la aprobación para una reestructuración que le permitiría cambiar su acuerdo de intercambio de utilidades con Ant por una participación de 33 por ciento en la compañía.
Fraser Howie, autor de Red Capitalism, dijo que la medida pone de relieve cómo las empresas aparentemente privadas son “empresas supervisadas por el Estado”.
“Todas las corporaciones chinas son efectivamente empresas de propiedad estatal o están supervisadas por el Estado”, dijo. “Y parece que no hay movimiento para alejarse de eso y, de hecho, cada vez hay más esfuerzos para dejar muy claro que el sector privado está en deuda con el Partido”.
Guerra
Como efecto de la guerra comercial, una moratoria de nueve meses sobre las licencias comerciales para nuevos juegos hizo trizas las ganancias de Tencent el año pasado.