El principal negociador comercial de Donald Trump advirtió a la Unión Europea que el comercio sigue siendo un “punto de fricción” con Washington, mientras que los funcionarios estadunidenses se muestran cada vez más frustrados por la lentitud del bloque en la reducción de aranceles y regulaciones.
Jamieson Greer, representante comercial de EU, declaró a Financial Times que los aranceles de la Unión Europea que afectan a las exportaciones estadunidenses siguen siendo demasiado altos, a pesar del acuerdo alcanzado en julio entre Donald Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
“El comercio siempre ha sido un punto de fricción”, dijo Greer. “Tienen muchas regulaciones y barreras no arancelarias que bloquean nuestras exportaciones y reducen nuestro acceso efectivo al mercado, mientras que históricamente hemos tenido un acceso muy amplio para ellos… es una situación bastante desequilibrada”.
“No resolvimos todos los problemas de nuestra relación con nuestro comunicado conjunto de principios de año”, añadió, refiriéndose al acuerdo alcanzado en Escocia este verano.
Los comentarios reflejan la creciente preocupación entre los funcionarios estadunidenses por la lenta implementación del pacto por parte de la Unión Europea, incluida la reducción de los aranceles a las exportaciones estadunidenses al continente.
“Actúan con bastante lentitud en todo esto, lo cual es lamentable”, dijo un alto funcionario de la administración.
El bloque corre el riesgo de desperdiciar un periodo de mejores relaciones entre el presidente estadunidense y Europa, después de las fricciones entre Bruselas y Washington en temas que van desde la guerra en Ucrania y el gasto en defensa hasta el comercio, indicó.
“Estamos en un momento en el que el presidente cambió su opinión y su enfoque hacia Europa en los últimos seis meses… espero que Europa no pierda la oportunidad de sacar provecho del enfoque actual del presidente”, añadió el funcionario.
Greer viajará a Europa la próxima semana, donde se reunirá con Maroš Šefčovič, comisionado europeo de Comercio, para impulsar avances. El secretario de Comercio de EU, Howard Lutnick, se reunirá con Šefčovič y los ministros de Comercio de la Unión Europea durante una visita a Bruselas el 24 de noviembre.
La Unión Europea prometió reducir sus aranceles sobre productos industriales, mariscos, carne de cerdo y algunos elementos agrícolas estadunidenses, pero todavía no se implementa ninguna de las reducciones, que esperan la aprobación del Parlamento Europeo.
Según funcionarios europeos, es poco probable que el Parlamento otorgue la luz verde antes de febrero. Los eurodiputados votarán primero sobre enmiendas que pospondrían las reducciones arancelarias sobre el acero y el aluminio hasta que Washington reduzca sus aranceles de 50 por ciento sobre estos metales.
Estados Unidos redujo a 15 por ciento sus aranceles sobre los coches europeos y la mayoría de los demás productos como parte del acuerdo, aunque siguen siendo más altos que cuando Donald Trump volvió a ocupar el cargo en enero.
EU también intensificó la presión sobre la Unión Europea respecto a normas que, según argumenta, penalizan injustamente a las compañías estadunidenses, incluyendo regulaciones sobre las cadenas de suministro corporativas y la prohibición de cierto tipo de productos elaborados en tierras deforestadas.
Estas señales de nuevas fricciones comerciales entre las dos mayores economías del mundo surgen después de meses de volatilidad comercial provocada por los aranceles del llamado “Día de la Liberación” de Trump.
Desde entonces, Estados Unidos alcanzó una serie de acuerdos con socios comerciales -incluido uno con Suiza el viernes- pero también aumentó los aranceles a otros países como Canadá.
Según dos funcionarios europeos, EU expresó sus quejas en una carta a Bruselas y se prepara un plan de cinco puntos en respuesta.
La propuesta, de la cual el primero en informar fue Bloomberg, incluiría conversaciones para armonizar las regulaciones, la reducción mutua de los aranceles al acero y la eliminación de aranceles para vinos y licores, una antigua demanda de la Unión Europea.