Cada 19 de septiembre, México recuerda el impacto devastador de los sismos de 1985 y 2017, fechas que han dejado huella inclusive en la forma de diseñar edificios, ya que ahora pueden resistir eventos de más de 8.5 grados si son diseñados con inteligencia artificial (IA).
“En la Ciudad de México tenemos una de las condiciones sísmicas más complejas del país, además de un suelo blando que amplifica los movimientos. Por ello, el diseño sísmico es la demanda fundamental para cualquier edificio en esta ciudad”, explicó Esteban Astudillo, responsable del Diseño Estructural del edificio de departamentos University Tower en Ciudad de México.

IA, fundamental para prevenir desastres
Según Astudillo, la IA se convierte en aliada estratégica al permitir la simulación de miles de escenarios sísmicos y climáticos desde la etapa de planeación; de esta manera, se logra optimizar la estructura, anticipar riesgos y garantizar que los inmuebles no sólo cumplan con las normativas, sino que estén preparados para retos de las próximas décadas.
A través de un comunicado, University Tower ejemplifica cómo estas innovaciones pasan del discurso a la práctica, y explica que el diseño de los edificios ahora integra un sistema estructural dual que combina un núcleo central de muros de concreto con incorporación de amortiguamiento adicional en la parte superior y una gran cisterna que actúa como sistema de masa sincronizada para disminuir vibraciones provocadas por sismos y ráfagas de viento.
Un ejemplo de lo anterior es University Tower, edificio que fue sometido a análisis no lineales basados en IA que replicaron ocho escenarios sísmicos históricos, confirmando que puede resistir eventos superiores a los 8.5 grados Richter sin comprometer su integridad.

Nueva tecnología en inmuebles
La apuesta tecnológica no se limita al modelado con IA, pues entre las tendencias que los especialistas consideran clave para el futuro, destacan el uso de sensores inteligentes para monitoreo en tiempo real y mantenimiento predictivo.
También se destaca el uso de materiales de nueva generación (como concretos autorreparables o aleaciones con memoria de forma) que prolongan la vida útil de los inmuebles.
El concepto de diseño resiliente también cobra relevancia: un edificio seguro no sólo debe resistir un sismo, sino garantizar la operatividad de sus sistemas eléctricos, hidráulicos y de evacuación para mantener la habitabilidad tras la emergencia.
“La seguridad no se refiere sólo a los edificios, sino a toda la comunidad, se trata de estar preparados, de participar en simulacros y de fortalecer la resiliencia urbana después de un evento sísmico, pues la ciudad no debería perder su operatividad; ese es el verdadero reto”, concluyó Astudillo.

AG