El Banco Mundial busca establecer un estándar internacional para detener la quema rutinaria del gas no deseado de los pozos petroleros, en un intento por frenar la contaminación y el desperdicio de recursos.
Los ejecutivos del banco esperan convencer a los países y compañías productoras de petróleo más grandes del mundo para que se unan al plan, con el argumento de que puede reducir las emisiones de gas de efecto invernadero y mejorar el acceso a la energía a los países de bajos ingresos.
Cerca de 140 mil millones de metros cúbicos al año, alrededor de 4 por ciento de la producción mundial, lo quema la industria petrolera.
La electricidad que se puede generar al usar ese gas supera a todo el consumo de energía en África.
Muchas grandes países productores de petróleo, entre ellos Rusia, Noruega, Kazajistán y Angola, y compañías como Royal Dutch Shell, Statoil y Total, se unieron a la iniciativa que lanzó el banco en abril; se comprometieron por primera vez a terminar con la quema rutinaria del gas en los sitios de producción petrolera para 2030.
Los productores son responsables de alrededor de 40 por ciento de la quema mundial.
Sin embargo, otros grandes países petroleros, entre ellos Arabia Saudita, Estados Unidos, Canadá y Nigeria, y compañías como ExxonMobil y Chevron, todavía no apoyan el plan.
Anita George, directora senior de energía del Banco Mundial, dijo que quiere que el compromiso para terminar con la quema se vuelva "un estándar de facto de la industria global".
Agregó que el banco "trabaja muy de cerca con una serie de países" para que se unan a la iniciativa. El proyecto de quema tiene el objetivo de ser una parte importante en la contribución del banco para las conversaciones de París sobre el acuerdo internacional para hacer frente a la amenaza del cambio climático, que inicia el 30 de noviembre.
Cuando se libera el gas "asociado" no deseado durante la producción de petróleo, normalmente su quema es la forma más sencilla para deshacerse de él de forma segura. Pero las llamas generan contaminación local, incluido carbono negro —un componente del hollín—, así como calor, luz y ruido.
También se contribuye a la amenaza del calentamiento global al liberar dióxido de carbono, aunque el gas que no se quema que sale al aire tiene un efecto más poderoso, y se desperdician recursos que pueden tener un uso productivo.
Rusia es por mucho el país en el mundo que más desperdicia gas de esa manera, de acuerdo con los datos del Banco Mundial, le siguen Nigeria, Irán e Irak.
La quema aumentó marcadamente en EU como resultado del auge del petróleo de esquisto que comenzó en 2010, a pesar de los esfuerzos para controlarlo. El gas natural que incendia aumentó de 4 mil 700 millones de metros cúbicos en 2010 a 7 mil 400 millones de metros cúbicos en 2013, de acuerdo con la Administración de Información de Energía de ese país.
Arabia Saudita quema relativamente poco; quedó en noveno lugar del mundo en 2012 —el año más reciente con datos disponibles—, a pesar de ser el segundo mayor productor de crudo, después de Rusia.
Convencer a Rusia, que pasa por dificultades financieras a causa de los bajos precios del petróleo, para que se uniera a la iniciativa fue un importante logro para el Banco Mundial, pero todavía tiene que convencer a muchos de los otros países líderes en quema para que se unan a la iniciativa.
Varias naciones europeas, entre ellas Gran Bretaña, Alemania y Países Bajos, todavía no apoyan el compromiso.
Chevron dijo que "evalúa activamente el papel apropiado que debe tomar en esta iniciativa". Ellos y Exxon forman parte de un proyecto anterior del Banco Mundial, la Asociación Mundial para la Reducción de Quema de Gas, que trabaja para encontrar maneras de utilizar el gas asociado.
Exxon se comprometió a terminar la quema rutinaria en los nuevos proyectos. Sin embargo, dijo en un comunicado en su página web que necesita "entornos de negocio con las condiciones adecuadas, incluidos mercados disponibles, infraestructura cercana y regulaciones apropiadas", para capturar el gas en lugar de quemarlo.