En Cadillac ya miran hacia el futuro, con su debut en la parrilla de Fórmula 1 en 2026 y Sergio Pérez y Valtteri Bottas como los elegidos para ocupar sus asientos. La elección es muy lógica: no deben cometer un descalabro que les cueste años de planeación y millones de euros en inversiones.
Para esto, vale la pena hacer un vistazo hacia atrás. Dice esa famosa frase de George Santayana y que hasta para algunos puede ser un lugar común, pero no deja de ser una frase llena de sabiduría: “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.
Y en este caso, la historia del Gran Circo tiene a muchas marcas icónicas que intentaron, sin éxito, trascender en la máxima categoría del deporte motor. Lo que aprendieron fue que la gloria en otros campos no es sinónimo de brillo en la Fórmula 1. Muchos llegaron con bombo y platillo, pero se retiraron en silencio.
Bugatti: de la vanguardia a la bancarrota
La legendaria marca francesa, famosa por algunos de los autos más rápidos del mundo, tuvo una entrada en la Fórmula 1 que fue tan audaz como fugaz. Ocurrió en el Gran Premio de Francia de 1956, con un auto que se adelantó a su tiempo: el Bugatti Type 251.
Este monoplaza, diseñado por el aclamado Gioacchino Colombo, era un prodigio de la ingeniería. Con un motor de ocho cilindros en línea montado en la parte trasera, parecía un auto de una categoría completamente diferente.
Su piloto fue el francés Maurice Trintignant, quien impresionó en los entrenamientos al batir récords que en ese momento ostentaba Ferrari, parecía un gran indicio. Sin embargo, su desempeño en la carrera fue un duro golpe de realidad. Los problemas mecánicos persiguieron al Type 251, que terminó en penúltimo lugar, a más de 18 segundos del tiempo más rápido del Ferrari de Peter Collins y con abandono por fallas mecánicas.
en 1956 bugatti corrió en la F1 con el type 251.
— Uzbeko Null Makura (@Uzbeko_Null) March 27, 2024
La única y última vez en que la marca participaría en ese evento pic.twitter.com/ZQXTvBebK1
¿Qué fue lo peor? La apuesta de Bugatti fue tan costosa que la compañía se declaró en bancarrota, lo que obligó a sus dueños a vender la marca.
Peugeot no pudo rugir en F1
Una marca con gran historia de éxito en el automovilismo, al ganar el Rally Dakar, el WRC y las 24 Horas de Le Mans, entró a la F1 en 1994 con el respaldo de su división deportiva, Peugeot Sport. Lo tenían todo: prestigio, experiencia y un gran presupuesto... pero su incursión fue desastrosa.
Inicialmente, se asociaron con McLaren, una colaboración que se saldó con 17 abandonos en una sola temporada. Aunque lograron ocho podios, sus motores eran notoriamente poco fiables. La situación empeoró en su posterior asociación con el equipo Jordan (1995-1997), donde los coches tuvieron múltiples abandonos.
A pesar de su inversión y de su paso por el equipo Prost-Peugeot hasta el año 2000, los resultados nunca llegaron. Peugeot ostenta el lamentable récord de ser la marca de renombre que más carreras ha disputado en la Fórmula 1 sin conseguir una sola victoria: 115 Grandes Premios disputados.
Lamborghini: del superdeportivo a la frustración
La marca italiana, sinónimo de potencia y lujo en el imaginario colectivo, se aventuró en la F1 a finales de la década de 1980, pero su paso fue breve y poco exitoso. Lamborghini optó por un camino diferente al de sus competidores, actuando como proveedor de motores en lugar de competir con un equipo propio.
Su motor LE3512, un V12 de 3.5 litros diseñado por Mauro Forghieri, debutó en 1989 con el equipo Larrousse. Aunque era prometedor en teoría, el motor demostró ser potente pero poco fiable. Después de resultados decepcionantes, se asociaron con otros equipos como Lotus y Minardi.
Philippe Alliot, Larrousse Lola LC89 - Lamborghini 3.5 V12. GP Suzuka 1989.#F1 pic.twitter.com/xhxWa80tvQ
— Legendary F1 ???? ???? (@LegendarysF1) May 7, 2019
Hubo un intento por lanzar un equipo oficial, el Modena Team, un proyecto que terminó en el caos con la misteriosa desaparición de su principal inversionista, el mexicano Fernando González Luna (el equipo en primera instancia se iba a llamar GLAS, por González Luna y Asociados).
La escudería apenas lograba clasificar en las carreras y, finalmente, Lamborghini se desvinculó del Gran Circo en 1993. Su breve paso dejó un legado de problemas técnicos y un claro ejemplo de que el éxito en el mundo de los superdeportivos no se traduce automáticamente en la Fórmula 1.
Estos son solo algunos ejemplos de las grandes marcas que chocaron contra la dura realidad de la Fórmula 1. Su historia sirve como una valiosa lección para Cadillac, que ahora se enfrenta al reto de evitar los mismos errores, con la veteranía de Checo y Bottas como sus maestros en esta nueva travesía.
ZZM