El papa Francisco ha muerto este lunes 21 de abril, anuncia el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano a los 88 años.
Aquí te compartimos qué sucederá en el Vaticano luego de la muerte del pontífice, pues recientemente Francisco realizó una modificación al ritual que se realiza después de la muerte de un papa.

Tras la muerte de Francisco, la gestión de los asuntos vaticanos quedará temporalmente en manos del cardenal camarlengo mientras se celebran los nueve días de exequias y transcurre el plazo, de entre 15 y 20 días, para organizar un cónclave que elija al nuevo papa.
El camarlengo actuará como papa "interino", encargado de administrar la Iglesia hasta la elección del nuevo pontífice, aunque con poderes reducidos.
El cardenal irlandés Kevin Farrell, de 77 años, fue elegido para este cargo en febrero de 2019.
Todos los más altos responsables del "gobierno" de la Iglesia, es decir la Curia Romana, deben dimitir de sus funciones a la muerte del papa, quedando sólo el cardenal camarlengo para administrar los asuntos corrientes de la Iglesia.
La palabra "camarlengo" se deriva de la palabra italiana "camera", que significa cámara. Describe una función puramente administrativa que adquiere su importancia cuando muere un papa.
El camarlengo se encarga de administrar el Vaticano y, con la ayuda de los cardenales presentes -reunidos en la "Congregación"- fija la fecha de las exequias y de la convocatoria del cónclave.
Pero el camarlengo y los cardenales no pueden tomar ninguna decisión cuya validez exceda la duración del período vacante del trono de San Pedro, o invada las prerrogativas exclusivas del papa, como por ejemplo el nombramiento de cardenales.
El camarlengo es el encargado de constatar y notificar la muerte del papa.
El papa Francisco modificó en noviembre del año pasado algunos de los ritos del funeral de los papas y entre las novedades introducidas están la constatación de la muerte no en la habitación sino en la capilla, la deposición inmediata dentro del ataúd, la exposición a los fieles sin el catafalco y la eliminación de los tradicionales tres féretros de ciprés, plomo y roble.
Así se lee en la nueva edición del ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’, hecha pública hoy, que regula el funeral de un pontífice y fue aprobada el 29 de abril de 2024 con los nuevos deseos del papa Francisco para "simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado".
Otra novedad "es la introducción de las indicaciones necesarias para una posible inhumación en un lugar distinto de la basílica vaticana", como ya adelantó Francisco, que quiere ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma.
"El rito renovado, además, debía subrayar aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de un poderoso hombre de este mundo", se explica en la nueva revisión.
Se mantienen las llamadas "tres estaciones"
Se mantienen las llamadas "tres estaciones", los pasos tras la muerte de un pontífice: Aunque en la primera estación se indica que la constatación de la muerte se realizará en su capilla privada, en lugar de en la habitación e inmediatamente el cuerpo se depositará en el único ataúd de madera con el interior de zinc, antes de ser trasladado directamente a la basílica.
Anteriormente, el cuerpo del papa se trasladaba a la capilla del Palacio Apostólico, ya que allí residía el pontífice, pero Francisco vive en la residencia de la Casa Santa Marta, por lo que se ha eliminado este paso.
También se han precisado algunos pasajes de la llamada segunda estación: puesto que la deposición en el féretro ya ha tenido lugar tras la constatación de la muerte, el féretro se cierra la víspera de la misa exequial.
En la basílica Vaticana, el cuerpo del papa difunto se expone directamente en el féretro abierto, pero no en un catafalco como había sido hasta ahora y tampoco se colocará el báculo papal junto al féretro durante esta exposición.
Eliminación de los tres ataúdes
Por último, en la tercera estación, que incluye el traslado del féretro al sepulcro y el entierro, se elimina la tradición de enterrar a los papas en tres ataúdes: "uno de ciprés, un segundo de plomo y un tercero de roble y otro de madera”.
Además, siguiendo el modelo de los funerales de obispos, durante las ceremonias religiosas se usarán títulos más sencillos, como “papa", “obispo de Roma” y “Pastor” eliminando, por ejemplo, "Romano Pontífice".
Aunque se mantiene la figura del camarlengo, la persona que se ocupa de varias cuestiones en ausencia del papa, se ha eliminado la llamada “Cámara Apostólica”, un colegio de eclesiásticos que asiste al cardenal camarlengo durante la gestión de la Sede Vacante.

Con información de EFE y AFP / JCM