Daniel Scioli, poderoso gobernador de la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, apoyado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, resultó el más votado en las primarias de ayer, delante del conservador Mauricio Macri, según sondeos a boca de urna difundidos por televisoras locales.
El tercer lugar fue para el disidente kirchnerista Sergio Massa. Los tres se enfrentarán en los comicios presidenciales del 25 de octubre.
Las primarias obligatorias son una suerte de primera vuelta de las presidenciales que consagrarán al sucesor de la actual mandataria, quien por la Constitución no puede aspirar a un tercer periodo.
Scioli, de 58 años y campeón mundial de motonáutica, celebró su triunfo pero Macri, alcalde saliente de la capital y miembro de un fuerte imperio empresarial familiar, denunció el robo "aislado" de papeletas.
"Empezó el deporte nacional del robo de boletas", dijo el ex presidente del club de futbol Boca Juniors, de 56 años, aunque aclaró que se trataba de "casos aislados".
Con mal tiempo en varias partes del país, unos 32 millones de electores fueron llamados a las urnas desde las 8 horas locales (11:00 GMT) hasta las 18 horas. En Argentina, el voto es obligatorio.
"Falta mucho por hacer, pero tengo la tranquilidad de haber puesto todo lo que tenía que poner", dijo al votar la presidenta, cuya popularidad rebasa 50 por ciento y su gobierno ronda 30 por ciento de apoyo. Los resultados oficiales se conocerán esta madrugada, dijo la autoridad electoral.
Pero gane o pierda el oficialismo, se percibe un cambio de época.
"Es un gran sondeo electoral, que marca tendencias", dijo a la agencia AFP el sociólogo Ricardo Rouvier.
En juego
En un fin de ciclo tras 12 años en el poder, el kirchnerismo —Néstor Kichner murió con 60 años en 2010 y gobernó el país en 2003-2007— tiene como candidato único a Scioli, un peronista moderado y dialoguista a quien todas las encuestas le dan la ventaja en intención de voto, con un promedio de 37 por ciento.
Su gran rival, con 29 por ciento, es Macri, un conservador de pura cepa, miembro de un grupo empresarial familiar y alcalde de la capital (cuarto distrito).
"Voy a hacer las cosas a mi manera", anticipó Scioli, que como buen peronista pregona un Estado fuerte, el industrialismo y el subsidio social.
La presidenta votó en Santa Cruz (sur), el feudo político familiar, donde su hijo Máximo Kirchner es candidato a diputado, y Alicia, su cuñada, postulante a gobernadora de esa provincia.
Macri es el favorito en la alianza Cambiemos, por delante del senador Ernesto Sanz y la diputada Elisa Carrió.
"Somos el cambio", dice Macri, adepto a las políticas ultraliberales del ex presidente Carlos Menem (1989-1999), las cuales llevaron al país a la quiebra y al corralito de 2001.
Pero tras un ajustado triunfo en los recientes comicios capitalinos, Macri cambió su mensaje y reivindicó las políticas sociales del kirchnerismo. "Es un error que le ha dado al oficialismo oportunidad de criticar su falta de coherencia y generado confusión en sus votantes", opinó el politólogo Rosendo Fraga, de la firma Nueva Mayoría.
El tercero en discordia es Sergio Massa, actual diputado y ex jefe de gabinete de Cristina Kirchner, peronista de centroderecha, que ronda 20 por ciento en los sondeos.
Tanto Scioli como Macri coinciden en la necesidad de alentar la inversión, cuando la economía argentina oscila entre el estancamiento y un crecimiento magro.
La desocupación no se agravó, al mantenerse en 7.1 por ciento y el consumo repunta, pero la inflación es mayor a 20 por ciento.
Según analistas, "si ganara Daniel Scioli, convocará a acuerdos socioeconómicos".
Argentina, gran proveedor mundial de alimentos, sufre por caída de exportaciones, la baja del precio de la soya y del comercio con Brasil.