Internacional

Con tanques y radares de guerra: Así opera milicia de Trump en frontera con México

Las personas detenidas en las nuevas Zonas de Defensa Nacional son acusadas de invadir Estados Unidos, sin embargo ya hay jueces que desestiman ese supuesto delito.

Unos 10 mil soldados implementan técnicas de guerra para cuidar la frontera con México de posibles “invasiones” e inmigración irregular. 

Estos operativos incluyen el uso del Stryker M1126, un vehículo militar blindado que se utilizó en la guerra de Irak y otras tantas, o el radar de capacidad de reacción rápida AN/TPQ-53, usado también en ese conflicto promovido en 2003 por George W. Bush.

Una revisión de MILENIO en los informes de la la Fuerza de Tarea Conjunta-Frontera Sur, el comando militar creado para centralizar todas las unidades militares desplegadas en la frontera con México, así como en expedientes del Departamento de Justicia, revelan pormenores de la estrategia del presidente Donald Trump a través de la cual ha militarizado la franja que divide a ambos países.

¿En qué consiste la estrategia? 

Las acciones implementadas desde enero de este año incluyen operativos para convertir viejos puntos de control migratorio de la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en puestos de avanzada del Ejército estadunidense.

Entre otras acciones, batallones como el 759 de la Policía Militar han incorporado Sistemas de Vigilancia Operacional Terrestre, como el G-BOSS (E), un sensor de radar y cámara para detectar amenazas intrusivas en tiempo real.

La militarización de la frontera no sólo incluye acciones operativas, sino que en los últimos meses también se han creado las llamadas Zonas de Defensa Nacional (NDA en inglés), grandes extensiones de tierra convertidas en áreas de seguridad. Son, en realidad, áreas restringidas bajo jurisdicción militar, como si fueran agregados provisionales de bases castrenses.

Esto, aunque le ha otorgado la facultad a las tropas militares de detener personas que ingresaron sin autorización –básicamente los migrantes que no tenían ni idea que estaban atravesando una NDA–, comenzaron a fracasar cuando intentaron judicializar los casos en contra de las personas detenidas.

“Soldados de Montaña rastrean amenazas con un radar terrestre”, señaló la Fuerza de Tarea Conjunta-Frontera Sur.
“Los soldados del equipo de McNamara operan dos sistemas principales: el radar de capacidad de reacción rápida AN/TPQ-53, utilizado para identificar el origen y los puntos de impacto de fuego indirecto, como cohetes y morteros, y el sistema de radar Sentinel AN/MPQ-64, que rastrea en amplias áreas la actividad de aeronaves y drones en vuelo bajo. Aunque originalmente diseñados para su uso en el campo de batalla, ambos sistemas se han adaptado para la defensa nacional”, explicaron.

También anunciaron que desde abril llegaron al menos 50 vehículos blindados, asignados al 2 Equipo de Combate de la Brigada Stryker, en Texas.

El Stryker M1126 es un vehículo militar blindado que se utilizó en la guerra de Irak
El Stryker M1126 es un vehículo militar blindado que se utilizó en la guerra de Irak. (Reuters)

La primera “declaración de guerra”

El pasado 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas para la frontera sur. Entre ellas, se encontraba una declaración de emergencia nacional que ordenaba al Departamento de Defensa, a través del Comando Norte de los Estados Unidos, movilizar diversas organizaciones para asegurar el control operativo de la frontera con México.

“Cientos de soldados, con sus maletas preparadas para la misión, estaban listos para desplegarse a la mañana siguiente. En cuestión de horas, se desplegaron en ubicaciones a lo largo de la frontera sur”, contó a través de un informe el Comando Norte.

Los primeros en activarse fueron la 89 Brigada de Policía Militar y su batallón subordinado, el 720 Batallón de Policía Militar, localizados en Fort Cavazos, Texas. Como discurso de guerra en Medio Oriente, reconocieron que los soldados, a nombre de la patria, pasarían tiempo lejos de sus amigos y familia.

Para el 24 de marzo de este año, finalmente anunciarían la creación de la llamada Fuerza de Tarea Conjunta-Frontera Sur, un cuerpo creado por el Comando Norte para centralizar, coordinar y dirigir a todas las unidades militares desplegadas en la frontera con México.

Anunciaron que su misión era realizar operaciones para controlar la frontera sur de Estados Unidos en apoyo a la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza. La Fuerza de Tarea Conjunta-Frontera Sur se despliega a lo largo de toda la franja desde San Diego, California, hasta McAllen, en Texas. En total, unos 10 mil elementos en esta misión.

Hasta marzo las tareas específicas incluían la detección y monitoreo, almacenamiento, logística, transporte, mantenimiento de vehículos, apoyo a la capacitación, ingreso de datos, operaciones de aviación, ingeniería militar y análisis de inteligencia. Pero pronto todo ese esfuerzo bélico se intensificaría aún más.

Más vigilancia y militarización

Para abril era un hecho la presencia de militares gracias a lo que denominan Misión Militar para Sellar la Frontera Sur de los Estados Unidos y Repeler Invasiones. Con ella, Donald Trump designaba las Zonas de Defensa Nacional, mismas que les otorga a las tropas militares la facultad de detener inmigrantes en la zona.

Entre el 18 de abril y el 1 de mayo, el gobierno de ese país designó dos zonas más, adyacentes al estado de Chihuahua. Una en Nuevo México, que recorre aproximadamente 273 kilómetros y fue colocada bajo la autoridad de la base militar de Fort Huachuca, y la segunda, en Texas, que se extiende a lo largo de 85 kilómetros entre El Paso y Fort Hancock, la cual quedó subordinada a la base de Fort Bliss.

Entre junio y julio de este año, el despliegue militar en la frontera con Estados Unidos se amplió a dos zonas más: al Valle del Río Grande, que abarca aproximadamente 400 kilómetros a lo largo del río fronterizo y cuya operación quedó a cargo de la Fuerza Aérea, desde la Joint Base San Antonio y un mes después, otra en Yuma, Arizona.

Migrantes acusados de entrar a zonas militares

Hasta el momento, el número exacto de cuántos migrantes han sido detenidos en estas zonas militares es incierto, pues han lanzado comunicados de prensa esporádicos, donde anuncian la detención de personas que querían entrar a ese país.

Las Zonas de Defensa Nacional son área bajo jurisdicción militar
Las Zonas de Defensa Nacional son área bajo jurisdicción militar. (AP)

Este diario se puso en contacto con el Comando Norte de Estados Unidos, cuyos mandos aseguraron que la petición sería atendida por la Fuerza de Tarea Conjunta-Frontera Sur. Al cierre de edición no brindaron esta información.

Sin embargo, el 28 de abril de 2025, el fiscal federal de Nuevo México, Ryan Ellison, arrojó luz sobre cómo se está llevando a cabo el proceso de detención en las zonas militares. En conferencia de prensa informó que habían presentado los primeros cargos penales contra 28 migrantes por ingresar en la New Mexico National Defense Area.

Pocos días después, el 1 de mayo, el mismo fiscal anunciaría que para entonces se habían presentado cargos contra otros 82 migrantes que cruzaron la frontera y que, sin saberlo, habían intentado cruzar por una de las Zonas de Defensa.

“Los cargos representan el primer uso a gran escala de una novedosa ley penal contra la entrada no autorizada a propiedades militares de defensa protegidas por el gobierno federal”, anunció.

Ese día explicó que las penas serían de hasta un año de prisión. Dijo que estos migrantes ahora enfrentarían la acusación estándar de “ingreso irregular”, así como cargos adicionales por “violar regulaciones de seguridad” al entrar en propiedad militar.

A pesar del anuncio oficial del fiscal federal Ellison, todo parece indicar que tales acusaciones han comenzado a desmoronarse en los tribunales.

Entra la defensa promigrante

Es así porque desde el pasado 14 de mayo, el juez federal Gregory Wormuth ha comenzado a desestimar los cargos de invasión de zonas militares contra 98 migrantes, al considerar que no existía causa probable para procesarlos.

MILENIO tuvo acceso a los documentos del juicio de una de esas personas en tránsito, llamada Eliecer López González, caso radicado en la corte de Nuevo México. Aquí el juez Wormuth explica que el migrante fue representado aquel día por un abogado de oficio.

Se le acusaba a López de violar una regulación promulgada por el comandante militar de Fort Huachuca, la cual prohibía la entrada no autorizada al Área de Defensa Nacional de Nuevo México.

En sus argumentos el juez expresó que por su naturaleza, las reservas militares son generalmente evidentes y están bien señalizadas. 

Sin embargo, no siempre es así: “las personas podrían ingresar fácilmente a la propiedad militar sin darse cuenta de que habían cruzado un límite significativo, suponiendo que no hubiera señales”.
Y concluyó: “la denuncia penal no establece causa probable para creer que el acusado sabía que estaba entrando” a una de esas zonas restringidas por la nueva normativa.

Debido a esas razones, el Tribunal consideró que los alegatos fácticos de la demanda penal no establecen causa probable sobre un elemento esencial de la violación de un reglamento de seguridad.

Se refuerzan como para una guerra

Mientras tanto, la Fuerza de Tarea Conjunta-Frontera Sur reveló la tecnología que está utilizando a lo largo y ancho de la frontera en esta nueva labor de identificar y atrapar.

Los Strykers desplegados en la frontera sur están equipados con una Estación de Armas Operada Remotamente M153, conocida como CROWS por sus siglas en inglés. 

“Este equipo funciona como un sistema de montaje y cámara, que se utiliza habitualmente para ayudar a las armas operadas por la tripulación a localizar objetivos”.

En uno de los comunicados de prensa el Ejército deja claro que no se detendrá en los objetivos delineados desde la Casa Blanca: “defender a toda costa el estilo de vida estadunidense”, la cual al parecer no incluye a los inmigrantes que entran a pie por su frontera con México.

MD

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Laura Sánchez Ley
  • Laura Sánchez Ley
  • Es periodista independiente que escribe sobre archivos y expedientes clasificados. Autora del libro Aburto. Testimonios desde Almoloya, el infierno de hielo (Penguin Random House, 2022).
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