Nadie presagió una campaña presidencial tan larga, reñida y sorpresiva en Argentina. Pero hoy los dos candidatos a suceder a Cristina Kirchner, el conservador Mauricio Macri y el oficialista Daniel Scioli se juegan en sus últimos actos públicos antes del balotaje del domingo.
Macri, defensor del libre mercado, lidera los sondeos después de la primera vuelta del 25 de octubre que ganó Scioli, peronista de centroizquierda, pero por apenas tres puntos (37% sobre 34.1%). Desde Humahuaca, corazón de la Argentina pobre y mestiza en la provincia de Jujuy, Macri intenta claramente desprenderse de la imagen de empresario millonario y capitalino.
El candidato que se convirtió en el principal líder de la oposición al gobierno de Cristina Kirchner criticó duro a su rival Daniel Scioli antes del acto. "Lo veo mal, muy mal, radicalizado en la mentira. Nos engañó a todos. Una verdadera decepción", dijo a la prensa que lo acompañó tras realizar un rito a la Pachamama (Madre Tierra) junto a indígenas en el pueblo de Jujuy, en el noroeste del país.
Macri, alcalde saliente de Buenos Aires y empresario defensor del libre comercio, acusó a Scioli de haber formado "un dream team del horror", por las advertencias que hace de que él significa un retroceso "a lo peor de la década de 1990" cuando dominó una economía neoliberal en Argentina. "Lo veo mal, muy mal (a Scioli), radicalizado en la mentira. Nos engañó a todos. Una verdadera decepción", dijo Macri.
"El cambio ya llegó": Macri
Más tarde, Macri cerraría su campaña para la segunda vuelta del domingo con un tono triunfalista, arengando a un cambio político que, aseguró, "ya llegó".
"Quiero trabajar todos los días para ayudarlos a que ustedes vivan mejor. Voy a dejar lo que tengo y lo que no tengo para que los argentinos tengan mejores oportunidades", dijo Macri en un acto al pie del monumento a la Independencia en Humahuaca.
El actual alcalde de Buenos Aires y líder de la fuerza conservadora Propuesta Republicana (Pro) pidió que la gente confíe en él y aseguró que "la Argentina que soñamos la hacemos desarrollando la capacidad de cada uno de los argentinos".
"Eso nos va a llevar a esa Argentina inmensa, con oportunidades de trabajo y progreso para todos", dijo Macri, favorito según los sondeos de cara a la segunda vuelta que disputará el próximo domingo con el candidato oficialista, Daniel Scioli. Macri, que en la primera vuelta del 25 de octubre salió segundo, con el 34.15 % de los votos, afirmó que "el desafío para los próximos años" es "cambiar la vida y el futuro de todos los argentinos".
"Podemos vivir mejor, merecemos vivir mejor. De eso se trata, de que se puede vivir en una Argentina con pobreza cero, en donde todos podamos aspirar a partir de un crédito a tener vivienda propia, a estar orgullosos de la calidad de la educación pública que reciben nuestros hijos, que le asegura un buen trabajo en el siglo XXI", dijo.
"Vamos a poder enfrentar al narcotráfico y echarlo de Argentina para que no siga destruyendo nuestras familias y vamos a poder unir a los argentinos, porque ya perdimos demasiado tiempo enfrentados y llegó la hora de construir puentes que nos permitan trabajar juntos", añadió el candidato de Cambiemos.
Macri sostuvo que "se terminó la época de las banderas que nos ponen de un lado o del otro" y aseveró que "gobernar es cuidar, es estar cerca y hacer todos los días". En un discurso breve, de unos diez minutos, y con tono enérgico, el postulante opositor pidió a sus seguidores "transmitir a todos", en los días que quedan hasta la elección, la "alegría" y la "seguridad" de que se puede "vivir mejor".
"Les pido a todos que no peleemos, que no discutamos, que cuidemos esa energía para construir la Argentina que soñamos. Estamos acá por el amor a este país y este amor nos va a llevar a construir la Argentina que soñamos. Este es el momento, es ahora, que sabremos capitalizar todos estos años de aprendizaje", dijo.
"Argentinos: estamos listos para vivir una etapa maravillosa de nuestra historia. Quiero que hoy cada uno se vaya a su casa sabiendo que esto comienza, que esto es verdad, que el momento llegó, que decimos que todos juntos vamos a construir nuestra Argentina.¡Vamos, Argentina! ¡Cambiemos!", concluyó Macri su discurso.
Scioli, en La Matanza
Su rival oficialista Daniel Scioli empezó a despedir esta etapa agridulce en Mar del Plata y concluirá en La Matanza, en la inmensa provincia de Buenos Aires, un lugar tan grande como Italia donde viven 16 millones de personas y que gobernó desde 2007.
"Hay dos caminos. El de la inclusión o el de la exclusión, yo los quiero poner a salvo de eso del capitalismo salvaje", lanzó Scioli al calificar a su rival, un empresario rico de cuna, como "un creído".
En un discurso enérgico ante sus seguidores, Scioli cargó con dureza contra su rival apelando a diferencias de clase, aunque ambos candidatos nacieron en el seno de familias de origen italiano acomodadas que les ofrecieron infancias de privilegios.
"Como me decía alguien, acá se vota entre un creído de Barrio Parque o un trabajador que nació en Villa Crespo", dijo Scioli en referencia a una de las zonas más ricas y exclusivas de Buenos Aires donde ha vivido Macri y un barrio de clase media trabajadora donde vivió la familia Scioli.
En el primer acto del cierre de campaña, que se realizó en el balneario de Mar del Plata -400 km al sur de Buenos Aires-, Scioli dijo que el domingo los argentinos tienen que decidir sobre dos modelos. "Hay dos caminos. El de la inclusión o el de la exclusión, yo los quiero poner a salvo de eso del capitalismo salvaje", lanzó Scioli.
Reiteró que la opción electoral es entre "el camino hacia el desarrollo de la Argentina o volver las políticas que causaron tantos traumas (...) No volvamos a tropezar dos veces con la misma piedra", indicó. "Macri quiere dejarnos librados a la suerte del mercado", lanzó ante la ovación de cientos de seguidores en el Centro de Educación Física de Mar del Plata.
A las 19:00 hora local (22:00 hora GMT) de hoy Scioli celebrará su último acto antes del cierre en un centro deportivo en La Matanza -a 430 km al norte de Mar del Plata-. Macri, alcalde saliente de Buenos Aires, prepara un cierre de película en el Monumento a los Héroes de la Independencia del pueblo de Humahuaca, un territorio indígena y paraje turístico a 1.600 km al norte de Buenos Aires.
En cambio su rival buscó que su acto final fuera en un distrito superpoblado de clase trabajadora, fiel al movimiento peronista, y vecino de Buenos Aires. Ambos eventos empiezan entre las 18:00 y 19:00 locales (a partir las 21:00 GMT, 15:00 hora de México).
En La Matanza, miles de partidarios del partido gobernante Frente para la Victoria (FpV) esperaban a Scioli con un festín de carteles e himnos políticos entonados con la emoción por la que hinchan a sus clubes en los estadios de fútbol.
"Patria o Macri" se leía en pancartas con la bandera estadunidense de fondo y fotomontajes de Cristina Kirchner con Juan Domingo Perón (1946-1955, 73-74), líder de un movimiento popular que marcó para siempre el país y en el que caben políticos que van desde la derecha a la izquierda.
No peronista ¿pecado en Argentina?
Si Macri gana la presidencia será la primera vez desde que se instituyó el voto (en 1916) que resulta electo alguien que no pertenece ni al partido peronista ni al radical socialdemócrata, las dos grandes fuerzas populares en 100 años de vida política en Argentina.
"Eso que a los argentinos sólo los puede gobernar un peronista, es parte de la misma leyenda; un poco de este discurso de este nuevo Scioli", dijo Macri. En Argentina en los últimos 70 años ningún presidente no peronista ha terminado su mandato.
El radical Raúl Alfonsín, primer mandatario tras la dictadura militar (1976-83), tuvo que entregar el poder anticipadamente al peronista Carlos Menem en 1989 luego de trece paros generales y una crisis de hiperinflación histórica.
La 'pesadilla' más fresca de esta singularidad argentina fue el gobierno de Fernando de la Rúa. Asumió en 1999 la presidencia como líder de una alianza radical demócrata-cristiana, y tras siete paros generales y hecatombe económica tuvo que abandonar el poder abruptamente dos años después.
Ahora Macri echa por tierra los malos presagios: "Espero que tengamos una transición ordenada presidenta, que demostremos que maduramos", dijo en un mensaje a Kirchner.
Uno de los elementos que ha marcado la diferencia del partido PRO que fundó en 2005 Macri con la vieja derecha argentina, es que "esa derecha siempre fue muy antiperonista en un sentido visceral", explicó a la AFP Sergio Morresi, politólogo e investigador del organismo estatal científico(CONICET).
"Si bien el PRO atrae más a los sectores no peronistas que a los peronistas, es obvio, no es un antiperonismo virulento. Incluso hay peronistas dentro del PRO", apuntó. Pero hay un voto peronista y no kirchnerista que "simplemente no quiere que gane Macri" y que puede beneficiar a Scioli, dijo la analista política Analía Franco.
Sin embargo, la cuesta a remontar el domingo se ubica entre seis y siete puntos a su rival, según sondeos que aseguran que hay más de 10% de indecisos entre 32 millones de electores.
Oveja descarriada
Mientras tanto en Buenos Aires, los cruces entre promotores de un candidato u otro alcanzaron a la familia de la esposa de Macri, la empresaria textil Juliana Awada, hermana menor de un reconocido actor, Alejandro Awada, ferviente defensor del proyecto peronista de centroizquerda que propone Scioli.
"No voto en contra, voto a favor de la fórmula que para mí representa el campo de lo nacional y popular, trabajar de adentro hacia afuera. Voto a favor de Daniel Scioli", dijo tajante Awada, que acaba de protagonizar la exitosa serie de televisión "Historia de un clan" junto a Cecilia Roth.
Sobre su hermana, tercera esposa de Macri, apuntó: "A mi hermana la quiero mucho y la respeto, pero queremos dos Argentina distintas". La aspirante a primera dama se ha limitado a indicar que son "14 en la familia", y su hermano sería "la oveja descarriada".