El nuevo primer ministro de Francia, Sébastien Lecornu, renunció el lunes, apenas un día después de nombrar a su gobierno y tras menos de un mes en el cargo.
La presidencia francesa indicó en un comunicado que el presidente, Emmanuel Macron, ha aceptado su renuncia.
La elección de ministros de Lecornu había sido criticada en todo el espectro político, particularmente su decisión de traer de vuelta al exministro de Finanzas Bruno Le Maire para servir en el ministerio de defensa.
Otros puestos clave permanecieron en gran medida sin cambios respecto al gabinete anterior, con el conservador Bruno Retailleau manteniéndose como ministro del Interior, a cargo de la policía y la seguridad interna, Jean-Noël Barrot permaneciendo como ministro de Exteriores, y Gérald Darmanin conservando el ministerio de Justicia.
Buscando consenso en la profundamente fracturada Asamblea Nacional, Lecornu había anunciado que no emplearía un poder constitucional especial que sus predecesores usaron para aprobar un presupuesto en el parlamento sin votación y, en cambio, buscaría un compromiso con los legisladores de izquierda y derecha.
