Los pasillos del palacio presidencial habían sido el hogar de Park Geun-Hye desde su juventud, cuando ejerció como primera dama de facto del gobierno autoritario de su padre, pero ahora deja el cargo arrollada por un mega escándalo de corrupción que terminó con su destitución.
Park Geun-Hye, de 65 años, es la hija mayor de Park Chung-hee, cuyo “reinado” brutal duró 18 años, hasta su asesinato en 1979. Creció en la Casa Azul, sede de la presidencia surcoreana, en donde tuvo una infancia dorada.
El gobierno autoritario de Park Chung-hee, entre 1961-1979, marcado por las violaciones a los derechos humanos, impulsó un rápido desarrollo económico en un país devastado por la guerra.
Durante el mandato, la familia presidencial fue tratada como si fuera la realeza y Park Geun-Hye calificada como de “princesa”. Este sobrenombre la siguió durante décadas.
El asesinato de sus dos padres en la década de 1970, en un lapso de solo cinco años, acrecentó la simpatía de la opinión pública hacia la ahora ex presidenta.
La progenitora de Park, alabada como una esposa dedicada y una madre preocupada, en una sociedad tradicionalista y conservadora, fue asesinada en 1974 por un activista que se cree que actuaba bajo órdenes de Corea del Norte y que en realidad buscaba abatir a su marido.
Park, que entonces estudiaba en Francia, tuvo que volver a su país y ejercer como primera dama hasta que su padre fue asesinado por su jefe de seguridad en 1979.
Durante dos décadas mantuvo un bajo perfil, hasta que se presentó y fue elegida diputada en 1998 en un clima marcado por la crisis financiera asiática.
Su carrera descolló y se convirtió en un referente para los viejos conservadores que guardaban un profundo afecto a su madre y reverenciaban a su padre.
Entonces, capitalizar la nostalgia se convirtió en un reflejo para Park y con frecuencia comenzaba sus discursos con la frase: “Después de que perdiera trágicamente a mis padres en manos de las balas asesinas”.
“Estoy casada con la República de Corea. No tengo hijos. Los surcoreanos son mi familia”, dijo una vez, citando como ejemplo a Isabel I de Inglaterra, conocida como “La Reina Virgen” por su obstinado celibato.
Fue elegida como primera mujer presidenta en 2012, marcando un récord de votos para la era democrática de su país.
Pero el mentor religioso de la familia, el misterioso líder Choi Tae-Min, jefe autoproclamado de la Iglesia de la Vida Eterna, selló su destino.
Aunque Choi murió en 1994, su hija heredó la influencia sobre Park. Apodada como “Rasputina” por la prensa, Choi Soon-sil está acusada de haber utilizado su influencia para obtener más de 70 millones de dólares de diferentes empresas y de inmiscuirse en los asuntos del Estado.
Park se disculpó en televisión entre lágrimas, donde se ha referido a su vida solitaria cuyo principal error fue confiar demasiado en su amiga.
La investigación la perfila como un personaje solitario, que prefería quedarse en su residencia antes de reunirse con sus asesores en los despachos, excesivamente centrada en su apariencia y con poca tolerancia hacia la crítica.