Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, acudió a supervisar labores en un submarino nuclear de impresionantes dimensiones, lo cual hizo acompañado de su hija.
Esta noticia marca un hito en la escalada armamentista de Asia Oriental. Bajo un esquema de "Diplomacia de Hierro y Familia", Kim Jong-un ha utilizado la Navidad de 2025 para enviar un mensaje contundente sobre sus posibilidades.
¿Qué está pasando en Corea del Norte?
La propaganda estatal de Corea del Norte (KCNA) no escatimó en adjetivos para describir la visita de este 25 de diciembre al astillero de Sinpo. El evento no fue solo una inspección técnica; fue una puesta en escena de la "trinidad norcoreana": tecnología, linaje y resistencia.
El protagonista técnico de la jornada es un sumergible de dimensiones masivas que, según expertos internacionales, busca emular las capacidades de los submarinos rusos de la clase Delta o Borei.
El diseño de 8 mil 700 toneladas podría al parecer lanzar gran diversidad de misiles, hasta con sistemas tierra-aire, así como portar entre 6 y 10 misiles balísticos lanzados desde submarinos.
La inteligencia surcoreana sospecha que este avance no sería posible sin la transferencia de planos o motores por parte de Moscú, un "pago" por el despliegue de soldados norcoreanos en el frente ucraniano durante el último año.
Mismo que el propio Vladimir Putin ha elogiado en reiteradas ocasiones; el acercamiento entre ambas naciones fue aún más allá desde que Rusia avanzó en sus estrategias para entrar a Ucrania.
Hija de Kim Jong-un protagoniza visita
La presencia de la hija de Kim Jong-un, que es relativamente joven, ha dejado de ser una curiosidad para convertirse en un protocolo de Estado. Su participación en eventos de este calibre, donde se discuten megatones y estrategias de aniquilación, cumple dos funciones:
- Presentar las armas nucleares como un patrimonio familiar que debe ser cuidado por la próxima generación.
- Los medios norcoreanos ya se refieren a ella con títulos que antes solo se usaban para el líder supremo, consolidando su posición sobre otros posibles herederos.
La visita ocurre meses después de que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, sugiriera que Corea del Sur debería tener "más autonomía en su defensa", pues aseguró que Seúl no hace grandes aportaciones al despliegue militar estadunidense.
La inspección del submarino y los lanzamientos de misiles de largo alcance de este 24 y 25 de diciembre cierran un 2025 donde Corea del Norte ha dejado de ser una amenaza teórica para convertirse en un actor con capacidad de segundo golpe, es decir, la habilidad de responder a un ataque nuclear incluso si su base terrestre es destruida.
KVS