Hallar las cajas negras del Boeing 777 de Malaysia Airlines representa un desafío de desenlace incierto, pese a que los investigadores disponen de una amplia gama de material sofisticado para escrutar el océano Índico, donde ayer se reanudó la búsqueda tras ser suspendida por mal tiempo.
También ayer, 17 días después de la desaparición del vuelo MH370, el primer ministro malasio anunció que la nave se había estrellado frente a las costas occidentales de Australia, poniendo fin a la esperanza de hallar sobrevivientes entre las 239 personas que se encontraban a bordo, de ellas 12 tripulantes.
Una carrera contrarreloj se ha desatado para intentar captar las señales emitidas por los registradores de vuelo o cajas negras, capaces de seguir enviando señales durante 30 días en total.
Un avión comercial está dotado de dos cajas negras: el DFDR (Digital Flight Data Recorder), que registra todos los parámetros de vuelo (velocidad. altura, etc.) y el CVR (Cockpit Voice Recorder), que graba las conversaciones y ruidos de la cabina de pilotaje.
La Marina de EU envío ayer a la ciudad australiana de Perth un detector de cajas negras. El sistema de localización remolcado es un aparato triangular de 35 kilos destinado a ser jalado por un barco. Sus micrófonos acuáticos pueden detectar señales emitidas por una caja negra hasta 6 mil metros de profundidad.
Pero captar una señal que emana de la baliza puede ser cuestión de suerte, opinan miembros del equipo que investigaron el fatídico vuelo de Air France AF447, que se estrelló en el Atlántico el 1 de junio de 2009 con 228 pasajeros a bordo (de ellos 12 tripulantes) frente a Brasil, cerca del archipiélago de San Pablo en su ruta Río de Janeiro-París.
Fue el peor accidente en la historia de Air France —y el segundo en la historia de los AirBus— y, si bien restos del avión (y unos 50 cuerpos flotando) fueron hallados en aguas internacionales cinco días después, recién en mayo de 2011, en una búsqueda submarina posterior, se encontró el cuerpo principal del avión en el fondo del océano y se recuperaron las cajas negras y 104 cuerpos dentro de la nave).
El 5 de julio de 2012, la Oficina francesa de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil concluyó en su informe que el accidente ocurrió por el congelamiento y consecuente fallo de los tubos Pitot que indican la velocidad, junto con una combinación de errores de los pilotos en la gestión de la emergencia.
[Dé clic sobre la imagen para ampliar]