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El G7 inicia cumbre con mensaje firme para Putin

Liderados por Barack Obama y Angela Merkel, los gobernantes de siete de las naciones más ricas del mundo acuerdan seguir con las sanciones impuestas a Rusia por la crisis en Ucrania.

La tensión en Ucrania y la crisis en Grecia dominaron ayer el inicio de la cumbre anual de los líderes de siete de los países más ricos del mundo (G7), marcada por la ausencia del presidente ruso Vladimir Putin.

El tono de la reunión en el palacio de Elmau, unos 100 km al sur de Múnich, quedó definido desde temprano por la mandataria alemana y anfitriona, Angela Merkel, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Los dos principales líderes del bloque acordaron continuar con las sanciones a Moscú, "hasta que Rusia respete por completo los acuerdos de Minsk y la soberanía de Ucrania".

Muchos analistas —y la propia Merkel— consideran el diálogo con Putin "imprescindible" para resolver un amplio rango de temas, desde terrorismo hasta clima, pasando por el supuesto apoyo de Moscú a tropas rebeldes pro rusas en Ucrania.

Pero la posibilidad de que Merkel, Obama y sus pares de Francia, Italia, Reino Unido, Japón y Canadá abrieran la mano al regreso de Putin, excluido del grupo el año pasado tras la anexión rusa de Crimea, quedó enterrada en el primer día de cumbre.

Más abierta quedó la situación de Grecia, abordada durante la sesión sobre economía global liderada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Tradicionalmente comprensivo con Atenas, Juncker se mostró casi exasperado con el tira y afloja con el gobierno griego de Alexis Tsipras.

"El gobierno griego debe presentar finalmente algo. Al final del día no llegará alguien a sacar un conejo del sombrero que nos permita lograr un acuerdo sin problemas", afirmó.

Tras la sesión de ayer, también Merkel evitó detalles. "No pudimos decir aún que el problema se haya resuelto, sino que hemos dicho que trabajamos con insistencia y gran presión. Pero también dejamos claro que en Europa van de la mano, por un lado la solidaridad y por otro lado también el esfuerzo propio de cada uno", recordó antes de acudir a la cena de trabajo con los líderes del G7.

El primer día de la cumbre dejó además su imagen más pintoresca gracias al desayuno con salchichas y cerveza que Merkel ofreció a Obama en el idílico pueblo alpino de Krün entre decenas de sus poco más de mil 900 vecinos ataviados con trajes típicos.

El entorno folclórico y las bromas sobre esa especie de Oktoberfest adelantada, sirvieron a dos de los líderes más poderosos del planeta para dejar atrás los roces por el escándalo del espionaje estadunidense y para escenificar una alianza que Obama calificó como "una de las más fuertes que el mundo ha conocido jamás".

Al igual que en anteriores cumbres del grupo, la de Elmau viene acompañada por protestas de grupos de izquierda y anticapitalistas. El temor a disturbios motivó un masivo despliegue de seguridad con más de 20 mil policías, pero las marchas de ayer dejaron solo incidentes aislados y fueron mayormente pacíficas.

Hoy, segundo y último día de la Cumbre, los líderes del G7 discutirán sobre terrorismo, clima y energía, en parte con varios mandatarios africanos invitados, antes de emitir su declaración final.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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