Los líderes de los partidos políticos colombianos dieron su respaldo al presidente Juan Manuel Santos en su búsqueda de la paz, en una reunión convocada por el gobierno y a la que no acudió el Centro Democrático (derecha radical), que lidera el ex mandatario y senador Álvaro Uribe.
Santos convocó la reunión tras la victoria del “no” al acuerdo de paz firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el plebiscito celebrado el domingo, en el que obtuvo 50.21 por ciento de votos contra 49.78 del “sí”.
“Todos los partidos afectos al ‘sí’ estamos reunidos y aclaramos lo siguiente: respaldamos al presidente Juan Manuel Santos en su propósito de alcanzar la paz”, dijo a la prensa el líder del Congreso, Mauricio Lizcano.
Añadió que cuentan con “el anhelo de todos los colombianos y las mayorías del Congreso” para persistir en la búsqueda de la paz.
Lizcano también aseguró que respaldan la “decisión de conformar una comisión amplia e incluyente que abra un diálogo nacional con todos los sectores del ‘no’”. “Esperamos que esta comisión tenga tiempos precisos y resultados concretos”, concluyó.
En la reunión participaron también el presidente de la Cámara baja, Miguel Pinto; el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y el secretario general de la presidencia, Luis Vélez.
También el senador Armando Benedetti y el representante a la Cámara, Berner Zambrano, por el oficialista Partido de la U, al cual pertenece Santos, y el jefe del Partido Conservador, David Barguil. Por el Partido Liberal acudieron el senador Horacio Serpa; por Cambio Radical el senador Carlos Galán y el congresista Rodrigo Lara, y por la Unión Patriótica su presidenta, Aida Avella.
En un comunicado divulgado ayer, el Centro Democrático recordó la intención expresada anoche por Uribe de “aportar a un gran pacto nacional”, propuesto por Santos al reconocer la derrota en las urnas y subrayó el pedido de ese partido de que “se escuchen” sus razones.
A la reunión con el presidente Santos en la Casa de Nariño (sede oficial), asistieron además el jefe del equipo negociador de paz del gobierno, Humberto de la Calle, y el alto comisionado de Paz, Sergio Jaramillo.
De la Calle puso su cargo a disposición del presidente, aunque viajará a Cuba junto con Jaramillo, como anunció anoche Santos, para “mantener informados a los negociadores de las FARC” sobre el diálogo político que quiere iniciar con todos los partidos del país.
Mientras, el empresario colombiano Henry Acosta, clave en los contactos entre FARC y gobierno para iniciar el diálogo en La Habana en 2012, propuso una “mesa de tres” gobierno-FARC y el Centro Democrático para llegar a un pacto nacional, donde cada uno va a decir a eso que se pactó le faltaba esto, le sobraba aquello, como cualquier negocio, y van a llegar a eso. No se deben demorar mucho porque no tienen que empezar de cero”, dijo Acosta a la emisora Blu Radio.
El economista, que también participó en los acercamientos del gobierno del ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010) con esa guerrilla, dijo que “no es un punto avanzado”, pero “todo indica que será el paso a seguir”.
Los colombianos acudieron el domingo a las urnas para definir si apoyaban o no el acuerdo alcanzado por las partes en La Habana. Con una abstención de 63%, el “no” ganó con 6.431.376 votos (50.21%) frente a 6.377.482 por el “sí” (49.78%) .
Sin embargo, dijo que “no va a haber una renegociación”, ya que “si se reinicia esto, se retoma lo negociado, se recompone y cada una de las partes dice: bueno, metámosle esto, quitémosle esto, y lo que sea”.
Agregó que esta negociación “tiene que ser antes de seis meses porque si en el segundo semestre de 2017 esto no está terminado las FARC quedan muertas políticamente”.
En La Habana, sede de cuatro años de negociaciones, el jefe máximo de la guerrilla, Rodrigo Londoño (Timochenko) reafirmó el “cese al fuego bilateral y definitivo” y dijo que el referendo “no tiene efecto jurídico alguno” aunque sí “es político”, y que “la paz llegó para quedarse” ya que “es constitucionalmente un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento que debe prevalecer por encima del odio y la violencia”.
Argumentó además que el acuerdo firmado con Santos el pasado 26 de septiembre en Cartagena de Indias tiene un “innegable e irrevocable efecto jurídico” porque fue suscrito como acuerdo especial y depositado ante el Consejo de la Confederación Suiza en Berna.