Consciente del revuelo que causó con sus declaraciones sobre los musulmanes, Donald Trump, que en los últimos meses se ha convertido en un dolor de cabeza para el partido republicano, recordó que podría ser tentado a presentar una candidatura independiente a la Casa Blanca.
En un tuit, el candidato al frente de las encuestas republicanas anunció una primera advertencia este martes: "68% de mis simpatizantes votarían por mi si fuera candidato independiente". Esta mañana reafirmó en la cadena televisiva ABC: "Si no se me trata de manera igualitaria, por supuesto podría proponérmelo".
En la entrevista con ABC Trump insistió en defender su propuesta de veto temporal a la entrada de musulmanes a Estados Unidos como respuesta a la amenaza del terrorismo yihadista, mientras arrecian todavía las críticas a ese plan.
"Esto no tiene nada que ver con la religión. Tiene que ver con la seguridad", afirmó a la cadena televisiva ABC, tras la gran controversia suscitada, dentro y fuera de Estados Unidos, desde que divulgó su propuesta el pasado lunes.
"No, no, no es escandaloso (el plan)", insistió el polémico magnate inmobiliario, que encabeza las encuestas entre los aspirantes del Partido Republicano a la nominación para las elecciones presidenciales de 2016.
"Tenemos un problema en este país", aseveró Trump, en alusión al reciente ataque en San Bernardino (California), que causó 14 muertos y una veintena de heridos y fue perpetrado supuestamente por un musulmán estadounidense hijo de pakistaníes y su esposa, de origen pakistaní.
Al menos la mujer, Tashfeen Malik, declaró su lealtad al grupo yihadista Estado Islámico (EI) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) sostiene que la pareja se radicalizó antes de la matanza, cometida el pasado 2 de diciembre.
"Esto va de mal en peor y esos problemas proceden de un cierto sector", agregó el multimillonario neoyorquino, en medio del alud de críticas de dirigentes políticos y de expertos legales que cuestionan la constitucionalidad de su idea y creen que atenta contra los valores de tolerancia que promueve Estados Unidos.
Republicanos, preocupados
Dentro del partido republicano, que teme un tercer mandato demócrata consecutivo en la Casa Blanca, la preocupación sobre cómo posicionarse frente a "Donald" a un año de las elecciones presidenciales se hace sentir.
El magnate inmobiliario siempre despertó incomodidad. Pero en el torbellino que causó el atentado de San Bernardino, su propuesta de prohibirle la entrada a Estados Unidos a los musulmanes complicó aún más el juego.
En el caso de que el excéntrico multimillonario gane las elecciones primarias en su partido, una hipótesis que ya no resulta tan disparatada, será difícil imaginar que un Marco Rubio, senador republicano de Florida o un Jeb Bush, ex gobernador e hijo y hermano de un presidente, lo apoyen con todo su peso político.
"Nunca será presidente", evaluó Larry Sabato, profesor de ciencia política de la Universidad de Virginia. "La pregunta es si logrará entrar en el complejo proceso de nominación para convertirse en el candidato de los republicanos. Si ese es el caso, se dirigen directo a un desastre político y lo saben", apuntó Sabato.
Cuando, a principios de septiembre, Trump había jurado su "lealtad" al partido, los dirigentes habían fingido quedar tranquilos con esta señal de unidad, y aseguraron que "cualquiera (de sus) candidatos" sería mejor presidente que Hillary Clinton. Hoy la ecuación ya no es tan simple.
Desde el ex vicepresidente Dick Cheney al ex candidato a la presidencia Mitt Romney, casi todas las personalidades con peso dentro del denominado "Grand Old Party" han enviado en las últimas 24 horas, aunque con tono variado, un mensaje simple a los votantes: Trump no es un candidato aceptable.
Hillary sin tropiezos en filas demócratas
Trump "ha unido a los líderes del partido en contra suya. Y la experiencia demuestra que eso siempre al fin y al cabo, tiene un impacto sobre los votantes", explicó Larry Sabato, que señala el temor que también provoca la candidatura de Trump ante las elecciones al Congreso, previstas también para noviembre de 2016.
A pesar de que están condenados a ceder gran parte de la atención televisiva al magnate, los líderes del partido se tranquilizan al pensar que los resultados en las encuestas no son lo mismo que los votos.
El verdadero combate, el de las elecciones primarias, comenzará en febrero de 2016 (Iowa, New Hampshire, luego en Carolina del Sur). Si Ted Cruz, Marco Rubio u otro precandidato logran victorias en las primeras semanas, los parámetros podrán cambiar rápidamente.
El partido demócrata insiste en el carácter inaceptable y "anti-estadunidense" de las propuestas de Trump. El presidente Barack Obama aprovechó hoy una conmemoración del fin de la esclavitud para urgir por tolerancia y respeto.
"Recuerden que nuestra libertad está ligada con la libertad de los otros, independientemente de cómo parecen... o de la fe que practican", señaló Obama sin nombrar a Trump y recibió los aplausos de los legisladores.
El vicepresidente Joe Biden se encargó por su parte de decir alta y claramente, en una entrevista para la agencia Bloomberg, lo que piensan muchos demócratas sin osar decirlo: si Trump representa al partido republicano en las elecciones presidenciales, entonces ganar las elecciones sera "un paseo" para Hillary Clinton.
Pero aunque Donald Trump sea derrotado en las elecciones primarias republicanas, su campaña podrá dejar dolorosas cicatrices. ¿Cómo hacer para reconciliar sus bases, que durante la campaña se han nutrido y reforzado por las declaraciones provocadoras del magnate y su denuncia de lo "políticamente correcto", con las de los candidatos más moderados?
"No veo ninguna respuesta clara a eso más allá de que el odio hacia Barack Obama y Hillary Clinton sea la única cosa que pueda permitirle al partido (republicano) unirse", resumió Larry Sabato. "Pero tal vez no sea suficiente", advirtió.
Las reprobaciones a Trump también llegaron hoy desde dirigentes republicanos como la ex gobernadora de Nueva Jersey Christine Todd Whitman. "Si se mira y se lee nuestra historia en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, ese (la idea de Trump) es el tipo de retórica que le permitió avanzar a Hitler", comentó la exgobernadora a la cadena CNN.
La comparación con Hitler ha copado incluso la portada del diario Daily News de Filadelfia, que este martes publicó en primera página una foto del multimillonario con la mano alzada como si hiciera el saludo nazi y el titular "El nuevo furor", en referencia a la palabra "führer", como se conocía al dictador alemán.
La polémica también sacudió hoy a Nueva York, ciudad natal de Trump, donde líderes religiosos, políticos y activistas comunitarios unieron sus voces para decirle al magnate que su "intolerancia" y retórica "racista y divisoria" no tienen cabida en Estados Unidos.
"Ya es suficiente" y "Todos somos uno" fueron las consignas que unieron a católicos, judíos, musulmanes, protestantes, metodistas y budistas, latinos, afroamericanos, asiáticos y anglos, en un abarrotado acto frente a la Alcaldía de Nueva York.
Fuera de EE.UU., la polvareda alcanzó hoy al Reino Unido, donde casi 300 mil personas firmaron una petición al Parlamento británico para vetar la entrada a ese país del precandidato republicano por "su discurso de incitación al odio".
En Israel, la oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu, aseguró hoy que el mandatario rechaza el plan antimusulmán del multimillonario, tras confirmar poco antes que ambos se reunirán en Jerusalén el próximo 28 de diciembre.
Donald Trump ya había adelantado su intención de visitar Israel, pero ha negado que vaya a viajar a finales de diciembre a Jordania, país de mayoría musulmana, como aseguraban este martes medios estadounidenses.
"Pese a mi gran respeto por el rey Abdalá II, no visitaré Jordania en este momento", dijo en Twitter Trump, que el próximo martes posiblemente tendrá que dar explicaciones de su polémico plan en un nuevo debate entre los aspirantes republicanos a la Presidencia.