Con un breve discurso donde deseó “un mundo sin barreras comerciales”, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, inauguró la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y llamó a trabajar “para que los beneficios del comercio local y global lleguen a más gente”.
Macri renovó su confianza en el libre comercio ante un auditorio colmado y dijo que que en las últimas dos décadas la OMC “ha sido una pieza fundamental de gobernanza global y fuente de crecimiento y desarrollo”, aunque “los beneficios aún no han alcanzado a todos”.
El mandatario no aludió sin embargo al escándalo internacional por negar Argentina la entrada al país a 60 miembros de organizaciones civiles (ONG) y sociales acreditadas por la OMC. Incluso deportó a Brasil al activista noruego Petter Titland y a la periodista británica Sally Burch, de la Agencia Latinoamericana de Información. Tras la protesta de Oslo, se permitió el ingreso de Titland, miembro de la Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana (ATTAC).
Mientras, un informe de la inteligencia naval de Estados Unidos afirmó que el 15 de noviembre el submarino Ara San Juan colapsó por una explosión “en menos de un segundo” y sus 44 tripulantes murieron en forma instantánea, tras analizar la señal detectada por la Organización del Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares. La nave sufrió un colapso, que liberó una energía similar a una explosión de 5700 kilos de TNT, a 380 metros de profundidad, se afirmó.
