Gerardo Martino llegó en el 2019 como sustituto de Juan Carlos Osorio. Por supuesto, el nombre del entrenador hacía soñar a los mexicanos con que el Tricolor al fin daría el paso que tanto faltaba. Y es que, a diferencia del colombiano, el Tata llegó con un historial de mayor jerarquía, en selecciones como Paraguay o Argentina, y en clubes como Barcelona. Deslumbraba, aunque los resultados que obtuvo no eran los esperados. Así arrancó un nuevo proceso.
El idilio
Fue un 2019 de buenos momentos. Se inició con cuatro victorias en partidos amistosos. Después, vino la Copa Oro, en la fase regular no tuvieron problema, ganaron sus tres encuentros ante Cuba, Canadá y Martinica, se empató en cuartos de final contra Costa Rica, pero se ganó (5-4) en penales. En las semifinales derrotaron a Haití 1-0. Y en la Final ante Estados Unidos se impusieron por la mínima diferencia.
La primera caída
Tras ganar la Copa Oro, México derrotó 3-0 a Estados Unidos en un amistoso. En el siguiente duelo de preparación cayó por primera ocasión con Martino al mando. Argentina les metió 4-0, y aunque después vencieron 2-0 a Trinidad y Tobago, la caída con la albiceleste fue un golpe que alertó al Tata, quien dejó en claro que debían trabajar en varios aspectos para evitar otra humillación.
Mano dura
En ese año, el Tata tuvo que poner mano dura con dos situaciones de indisciplina. La primera fue con Jesús Manuel Corona, quien, de la mano del Porto, mencionaba que no estaba en condiciones físicas para acudir al llamado de Martino, quien se dio cuenta de que algo no cuadraba en las versiones, así que fue muy claro, si Corona no quería acudir con el Tri, entonces no sería elegible. Al equipo nacional asistían los que estaban convencidos. Lo dijo de manera pública, y eso dio mayor valor a sus palabras. Después se solucionó el tema y el Tecatito fue requerido de nueva cuenta.
Y el tema polémico se dio con Javier Hernández. Al meter mujeres en un hotel de concentración en los amistosos de septiembre, hizo que Martino le perdiera la confianza y no ha vuelto al Tri.
Rescata al equipo
Llegó el 2020, la pandemia de coronavirus impidió que la Selección atendiera los duelos amistosos del mes de marzo en Estados Unidos. Y en cascada se fueron suspendiendo el resto de sus compromisos.
Parecía que el año estaba perdido para el Tricolor. Martino explicaba en aquella ocasión en entrevista con Milenio-La Afición que esperaba no perder el trabajo que habían ganado en el 2019. A finales de año concretaron una serie de amistosos en Europa. El conjunto nacional dio buenas cuentas en cuanto lo futbolístico y en resultados. Le ganaron 1-0 a Países Bajos, empataron 2-2 contra Argelia, derrotaron 3-2 a Corea del Sur y le ganaron 2-0 a Japón.
La crisis
México perdió la forma en el 2021. La fractura de cráneo que alejó a Raúl Jiménez de las canchas afectó también el paso goleador del cuadro de Martino. El primer compromiso de relevancia fue la Final de la Liga de Naciones, la cual perdieron ante Estados Unidos.
Luego vino la Final de la Copa Oro, en la que también se enfrentaron al cuadro de las barras y las estrellas. Otra vez el Tricolor no pudo con el máximo rival del área.
El ambiente se tornó pesado para el equipo y para el entrenador. Mientras tanto, los directivos respaldaban el proceso, pues tenían claro que venía la parte importante, el Octagonal rumbo al Mundial. El Tri inició ese proceso con dos triunfos, luego empató dos juegos y volvió a sumar de a tres en los siguientes dos duelos. Pero cerró el año con derrotas ante Estados Unidos y Canadá.

La Selección Mexicana no arrancó el 2022 como hubiera querido. Le costó trabajo derrotar a Jamaica, pero lo que ha detonado el enojo de los aficionados fue el pésimo partido que dio ante Costa Rica como local, en el que fue incapaces de marcar un gol.
Gerardo Martino está en el punto de mira y contra Panamá se juega más que tres puntos.
FCM