Parece que llegó el momento de anotar el nombre de Cruz Azul como una de las realidades de esta temporada. Sí, el periodo de gracia para ver si el equipo de Caixinha era una efímera promesa o una construcción bien planeada, ya quedó atrás. La Máquina está de regreso en el futbol mexicano, luego de cuatro años de mediocres resultados.
Y es que más allá de la goleada por 3-0 que le endosó a León, está la confirmación de un equipo muy bien estructurado, bien dirigido y, sobre todo, muy convencido de lo que hace. Porque otra vez se quedó con un hombre menos y no se descompuso, porque nuevamente hizo gala de su pegada y con un Elías Hernández -un gran acierto de fichaje- inspirado, parece que no tiene límites hasta el momento.
Si hace una semana dio una lección de agallas, ahora lo hizo de efectividad.
UNA INSANA COSTUMBRE
Pero no todo es positivo en esta Máquina. El tema de la disciplina debe preocuparle a Pedro Caixinha, ya su equipo volvió a quedarse con 10 hombres muy pronto en el partido por la expulsión de Gerardo Flores; es más, en sus últimos cuatro compromisos (incluyendo los de Copa), Cruz Azul no ha terminado completo en tres.
Pues bien, antes de los 20 minutos Gerardo Flores vio la tarjeta roja por una dura plancha sobre Pedro Aquino; el panorama lucía muy duro para Cruz Azul, pues antes de esta jugada León había sido superior en el encuentro, llevando peligro a la portería de José de Jesús Corona.
Sin embargo, el equipo supo mantener la estabilidad emocional y, a diferencia del juego contra Tijuana, Caixinha ajustó con los mismos hombres que tenía sobre el terreno de juego; solo retrasó a Edgar Méndez como lateral por derecha, para seguir con la línea de cuatro en el fondo.
La Fiera quiso aprovecharse de este factor y estuvo cerca, pues en un centro de Mauro Boselli, Méndez se perdió en su marca, dejando solo a Dairo Moreno, quien apareció a su espalda. El atacante controló la pelota, pero terminó por estrellarla en la humanidad de Corona que ya había salido oportunamente a achicar el ángulo de disparo.
Fue lo único que pudo hacer León frente a esta Máquina en inferioridad numérica, ya que los de Caixinha cerraron bien todos los espacios y se animaron a tomar el protagonismo del juego, obteniendo su recompensa rápidamente.
Al minuto 32, en un saque de banda, Cauteruccio le bajó el balón a Roberto Alvarado, quien de inmediato tocó al espacio para Elías Hernández, éste disparó justo a la posición de Rodolfo Cota, pero la pelota salió bombeada, ideal para rematarla con la cabeza, y así lo hizo, mandando el esférico a las redes y dándole la ventaja a Cruz Azul.
Con uno hombre menos, pero ya con un gol en el electrónico, el conjunto cruzazulino se veía mucho mejor sobre el terreno de juego, muy suelto y peligroso al contragolpe. Y para que todo se le acabara de reajustar, a los pocos instantes (36') León también se quedó con diez jugadores, por una dura entrada Alexander Mejía sobre Alvarado.
Si con 10 Cruz Azul era mejor, ya con la paridad numérica el cuadro capitalino supo capitalizar mejor los espacios. Fue así que a los 41 minutos, luego de una gran descolgada por sector derecho de Roberto Alvarado, quien aguantó una falta en media cancha y luego centró hacia el otro lado, Elías Hernández hizo el segundo tanto de la tarde, un doblete frente a su ex equipo.
La Máquina era superior y así concluyó la primera mitad, en la que había resuelto de manera impecable el propio problema en la que se había metido.
Para el arranque del segundo tiempo León trató de tomar la iniciativa, acercándose con un débil remate de Boselli, sin problemas para Corona. Pero La Máquina contestó de inmediato, con un tiro de Elías que tapó Cota y un cabezazo de Cauteruccio que se estrelló en la zaga.
A cada llegada de La Fiera, Cruz Azul contestaba con alguna intentona. El juego se fue consumiendo poco a poco, León nunca encontró la manera de sacudirse la inercia en contra. En cambio, el cuadro cementero se dedicó a sobrellevar las acciones, ordenado y concentrado, tal como le gusta a Caixinha, quien movió a su banquillo: primero metió a Caraglio por Cauteruccio, luego a Jordan Silva por Elías Hernández, quien se llevó la ovación del Azteca, y finalmente Javier Salas por Baca.
Caixinha resguardó el resultado, pues la labor ya estaba hecha. Todavía en los minutos finales, La Máquina encontró el tercer tanto gracias a una buena jugada de Alvarado, que terminó por servirle un centro medido a Caraglio, quien con la cabeza rubricó la goleada.
El equipo de Caixinha dio otra lección de buen juego, efectivo y muy seguro. El resultado y el trámite del partido permiten confirmar que Cruz Azul es un protagonista de verdad. Que este equipo tiene una madera muy diferente a la de torneos anteriores, que no se agrieta ni se resquebraja a las primeras de cambio. Hoy, ya se puede decir sin ninguna duda, que La Máquina está de regreso y ésa es una buena noticia para el futbol mexicano.
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