El Tri conoció ayer su camino en la próxima justa intercontinental. México jugará contra Sudáfrica y Corea del Sur como parte del Grupo A y su tercer rival se definirá del repechaje europeo en el que República Checa, Irlanda, Macedonia del Norte y Dinamarca buscarán el boleto. En el partido inaugural del Mundial 2026 se vivirá un hecho histórico, pues por por primera vez dos selecciones se volverán a enfrentar, esto después de la edición de 2010: México y Sudáfrica.
Será la tercera vez que la más grande fiesta del futbol se celebra en nuestro país, más que cualquier otro. Y si algo nos ha enseñado el equipo mexicano es que las aperturas se le dan muy bien, siendo pruebas las ediciones de 1970 y 1986, dos capítulos memorables en la historia del deporte nacional.
Porque un inmueble histórico como el Estadio Ciudad de México no podía quedarse fuera. Por su tradición e importancia histórica, el Coloso de Santa Úrsula se prepara para ver a la Selección Mexicana de nueva cuenta en un partido inaugural que conectará a las generaciones afortunadas de ver alguna de las Copas del Mundo anteriores, con aquellas que vivirán esta experiencia de primera mano y a nuestra manera: a la mexicana.
Colorido setentero
Como uno de los medios más importantes en casi 95 años, La Afición estuvo presente en la inauguración “majestuosa, llena de emoción y colorido”, tal y como lo calificó Sergio Lara Mejía en su nota. A pesar de que el equipo de la Unión Soviética tuvo algunos retrasos debido al tráfico, la fiesta fue absoluta, “una muestra más del poder organizativo de los mexicanos”.
A pesar de que las actividades comenzaron de forma oficial a las 11:00 horas, los aficionados se dieron cita desde las ocho de la mañana y crearon “un ambiente pletórico de alegría que fue contagiando a propios y extraños”. Una vez en el inmueble, la Banda de Marcha de la Secretaría de Marina comenzó con las festividades inaugurales y deleitaron a los 107 mil 160 espectadores que presenciaron a la infantería que portó con orgullo las banderas de todos los países que participaron. El orden fue Alemania, Bélgica, Brasil, Bulgaria, Checoslovaquia, El Salvador, Inglaterra, Israel, Italia, Marruecos, Perú, Rumania, Suecia, Unión Soviética, Uruguay y México como el anfitrión.
Una vez que los dos equipos estaban listos, ingresaron a la cancha y se continuó con los protocolos.
Jorge Che Ventura, institución del periodismo deportivo, fue el encargado de la crónica del partido. “Más que a ganar, México sólo salió a combatir a los rusos”, tituló el argentino, nacionalizado mexicano, refiriéndose al empate 1-1 entre México y la Unión Soviética, rival que le dejó la sensación de ser “un adversario disminuido”, lejos de aquella versión que logró el cuarto puesto en 1966.
“México debió ganar. No por lo que hizo en la cancha —donde cambió mayores aproximaciones de gol por la opción más neta que estuvo a cargo de los soviéticos— sino porque tiene mejor plantel”, determinó el Che Ventura en el arranque de aquel Mundial.
Los emotivos años 80
Poco más de ocho meses después del sismo de 1985, México demostró su espíritu de resiliencia y entregó una “brillante, emotiva y cálida” inauguración que Agustín Gelista escribió en La Afición. Y es que aunque ya se habían celebrado algunos partidos antes —el Bulgaria vs Italia fue el primero de ellos— la verdadera fiesta se sintió en un Estadio Ciudad de México que lució majestuoso como en 1970, con una ceremonia que incluyó un desfile de niños que representaron a los 24 países participantes, así como el Jarabe Tapatío y la marcha de los cadetes con las banderas.
El comienzo fue eficiente para México: “Con más inteligencia que brillo, la Selección Mexicana cosechó sus dos primeros puntos: 2-1 a Bélgica”, escribió Rafael Huidobro sobre un partido que incluso amenazaba con jugarse bajo las nubes e incluso con lluvia, pero “el sol también quiso ver el triunfo de México” y Fernando Quirarte y Hugo Sánchez adelantaron a la Selección Mexicana, mientras que Erwin Vandenbergh recortó por los belgas, siendo producto de un error mental de Pablo Larios.
“El ambiente que se vivió en el Coloso de Santa Úrsula quedará grabado en la mente de todos los que estuvimos allí. El público se entregó por completo al equipo nacional y este respondió con la victoria. ¡Qué gran pareja hicieron”.
Las claves
Figuras rivales
La Unión Soviética era liderada por Anatoliy Byshovets, quien anotó cuatro de los seis goles de su país en 1970; por Bélgica, Enzo Scifo destacaba como el creador de juego.
Los mandatarios
Gustavo Díaz Ordaz (1970) y Miguel de la Madrid (1986) estuvieron presentes en el Estadio Ciudad de México como parte de los protocolos de los partidos inaugurales.
MGC