Una serie de desafortunados accidentes aereos limitaron la carrera deportiva de uno de los futbolistas más talentosos que ha dado los Países Bajos: el neerlandés Dennis Nicolaas Maria Bergkamp.
El primer momento que dejó una profunda y dolorosa huella fue en 1989 cuando el vuelo 764 de Suriman Airways se estrelló durante un aterrizaje muy violento en el que fallecieron 176 de 187 personas que viajan ahí, entre los que se encontraba uno de sus grandes amigos, Lloyd Doesburg, quien era portero del Ajax y quien había viajado a Suriman para un partido amistoso con la escuadra local.
Sin embargo, este no sería el último momento que lo colocaría en una posición complicada ya que su viaje para disputar la copa del mundo de Estados Unidos 1994 una falsa amenaza de bomba en Amsterdam encendió sus alarmas. Luego de controlar el inscidente, los “oranje” subieron a la aeronave. Pero el aterrizaje les traería otro susto. Una bolsa de aire provocó una caída libre que duró varios segundos desatando un gran nerviosismo en Bergkamp quien no pudo evitar recordar la muerte de Doesburg y llegó con esa amargo recuerdo a disputar la justa.
Esas dos experiencias desencadenaron sus miedos de forma agresiva, hasta que terminó por desarrollar claustrofobia. A pesar de que participó en dos Copas Mundiales el miedo lo siguió acompañando hasta que se volvió algo insoportable al punto de que llegó a ser conocido como “el holandés que no vuela”.
Luego del incidente, Bergkamp declaró que buscaría ayuda psiquiátrica, pero decidió no volver a subirse a un avión, hecho que lo obligó a sumar una cláusula a su contrato cuando firmó con el Arsenal de que no podría ser obligado a viajar en avión en los desplazamientos que tuviera el club.
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