Este viernes se concretó el relevo del mando de la Novena Zona Militar. El general de brigada del Estado Mayor, Santos Gerardo Soto, tomó posesión del cargo como nuevo comandante, en sustitución de Porfirio Fuentes Vélez, quien encabezó la zona durante los últimos diez meses.
Esta acción ocurrió en el marco de la tensión que persiste en Sinaloa por la disputa entre grupos del crimen organizado

¿Cómo ocurrió la toma de protesta?
La ceremonia oficial se realizó en las instalaciones militares ubicadas al sur de la capital sinaloense, encabezada por el comandante de la III Región Militar, el general de división Guillermo Briseño Lobera.
Al acto asistieron mandos castrenses, autoridades civiles de los tres niveles de gobierno e invitados especiales. El relevo se enmarca en la política de rotación de personal de la Secretaría de la Defensa Nacional, con el propósito de fortalecer las capacidades operativas en cada región del país.
Este ajuste en el liderazgo coincide con un reforzamiento visible en la estrategia federal de seguridad en Sinaloa. Tan solo en las últimas horas, se sumaron 300 elementos más del Ejército a los casi dos mil que han sido desplegados en semanas recientes.
A esto se añade la llegada de más de 400 marinos que ya operan en municipios costeros como Navolato y Elota, en tareas de vigilancia y contención del crimen.
Desde el ámbito estatal, el gobernador Rubén Rocha Moya mantuvo un primer acercamiento con el nuevo mando militar y reiteró la disposición de su administración para seguir trabajando de manera conjunta con las fuerzas armadas. La intención, indicó, es mantener una estrategia coordinada que permita atender las zonas de mayor complejidad en materia de seguridad.
¿Qué esperan de este cambio?
En este escenario, se contempla que el despliegue de personal castrense continúe durante los próximos días, como parte de una respuesta operativa que busca no solo contener hechos violentos, sino también evitar vacíos de autoridad en regiones consideradas de alta prioridad.
Si bien no se anticipan cambios estructurales en la estrategia de seguridad, desde el gobierno estatal se ha expresado que habrá una vigilancia más activa en zonas donde se ha reportado incremento en la incidencia delictiva. Además, se ha enfatizado que las labores de las fuerzas federales deben respetar los protocolos establecidos y garantizar en todo momento los derechos de la población civil.
Con este relevo, el Ejército y la Fuerza Aérea refrendan su presencia en Sinaloa, durante un momento en el que la entidad enfrenta retos complejos en materia de seguridad, derivados principalmente de la lucha entre grupos criminales por el control de territorios y actividades ilícitas.
MD