La región del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, es una de las que tiene mayor cantidad de basureros a cielo abierto —con al menos 42— provocando afectaciones a la salud de los seres humanos.
Lo anterior, debido a los micro plásticos que en ocasiones son consumidos por animales que forman parte de la dieta de los habitantes de esta región.
También por la contaminación del aire derivada de la quema de basura y los mantos friáticos, de donde se abastecen los pozos de agua que suministran el agua potable a viviendas y establecimientos comerciales.
Preocupan micro plásticos; colectivos apuestan por recolección de PET
En el municipio de El Espinal, el basurero se encuentra entre las vías del ferrocarril y el canal de riego que suministra el agua para los ranchos de la zona, la cual, de acuerdo con los especialistas, está contaminada por los escurrimientos del agua de lluvia al subsuelo.
Así lo confirmó a MILENIO Aurora Catalán, del Colectivo “Monte Limpio”, quienes llevan más de cuatro años tratando de sensibilizar con talleres y recolección de PET a las nuevas generaciones.
"Pues se lleva a lugares de cielo abierto, en donde no tiene un proceso, acá normalmente se quema, o aventarlos y dejarlos a la intemperie y dijeran 'a ver que sucede'", dijo.
Más allá de la mala imagen y los malos olores que estos basureros provocan, lo que más preocupa a este grupo de colectivos es la presencia de micro plásticos.
"Generan problemas hacía el cielo abierto, porque como se queman generan tóxicos y son muy graves para nuestra salud, también los mantos friáticos se van degradando.
"Los animales se comen esos desechos y nosotros nos comemos esos animales, entonces el ciclo de la basura es malo, no es sostenible, no hay gestión de basura", señaló.
Esfuerzos como el del Colectivo “Monte Limpio” hacen que vecinos de diferentes colonias y secciones de Juchitán comiencen a recuperar PET de manera voluntaria, disminuyendo con ello la carga de basura en los basureros a cielo abierto.

ksh