Juan Carlos Corral Ortiz estudiaba ingeniería bioquímica en el Instituto Tecnológico de Acapulco, en Guerrero, pero en un instante, un accidente cambió su vida y ahora lucha por recuperarse. Debido a la tenacidad en el proceso de recuperación, este martes, fue designado en forma honoraria subteniente del Ejército, por el espíritu y fortaleza que le inculcaron para superar el accidente.
“Me accidenté, sufrió una caída mortal, me caí de un segundo piso, cargando un garrafón de agua, caí de pura cabeza. Me quebré la cabeza, el accidente ocurrió el 2 de abril del 2018, y como consecuencia perdí todo el lado derecho de mi cráneo, me pusieron una placa de titanio”, cuenta sentado en una silla de ruedas.
Este martes, Juan Carlos, acudió a las instalaciones del 56 Batallón de Infantería, donde recibió de manos del general de brigada, y comandante de la 27 Zona Militar, Federico San Juan Rosales.
El reconocimiento del mando castrense también fue para Felipe de Jesús Velerías Ortiz, maestro de educación física que lo ha ayudado a recuperarse, y los padres de Juan Carlos que no lo han dejado solo.
Fue el propio comandante San Juan Rosales quien le pidió al soldado honorario y a sus padres no dejar de luchar. En seguida entregó al subteniente de infantería honorario la medalla con sus iniciales.
Juan Carlos cuenta que no le gustaba el Ejército, pero reconocía la disciplina militar, y “por eso ahora estoy aquí, gracias a mis padres y al profe Felipe de Jesús, que me ayudaron a salir adelante.”
“He avanzado muchísimo en mi recuperación mi padre y mi maestro el profesor Felipe de Jesús, eso me ha motivado a salir adelante y superarme”, dijo.
A su vez, el profesor de educación física, Velerías Ortíz, dijo que ayuda en la rehabilitación de Juan Carlos porque era amigo de su hijo.
“Yo lo he apoyado voluntariamente, porque el muchacho es amigo de mi hijo, y cuando supe de su caso hace casi un año, Juan Carlos estaba inmóvil, hice un diagnóstico y me dio buenas esperanzas.
“El seguro social lo dejó sin terapias, le dijeron que no se podía hacer más por él. Por ello nosotros empezamos con las terapias, y pues ha mejorado bastante, luego de estar inmovilizado casi un año”, contó al docente.
RLO
