Los primeros minutos del jueves transcurrían con tranquilidad para José Martín Pérez Bautista, pero en un instante todo cambió. El teléfono de su esposa sonó, y una voz urgente informó que la casa de sus padres estaba envuelta en llamas, tras la explosión por una fuga de gas natural en la calle Circuito Tamaulipeco del Fraccionamiento Miramapolis en Ciudad Madero.
“Lo que hice fue rápidamente ponerme las chanclas y corrí para socorrer y apagar el fuego. El fuego era tanto en la camioneta que empezaba a extenderse hasta la casa de mis papás. Me brinqué varios techos y con una escalera que me prestó un amigo pude sacar a mis papás”.
Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos: el flamazo, producto del estallido alcanzó a una camioneta, tres personas en un puesto de tacos, y la casa marcada por el número 821 donde en el segundo piso dormía el matrimonio que se despertó por los gritos de los vecinos.
“Mi papá ya había quitado la ventana y rompió la mosquitera, yo brinqué aproximadamente cuatro bardas con la escalera y pudimos sacar a mi mamá primero por el patio trasero de una casa que colinda con la de ellos, después salió mi papá, ilesos, pero todo se perdió”.
José Martín, no ha podido dormir desde que se suscitó el siniestro. Frente a la casa que resulto pérdida total, personal de la empresa gasera trabajó para reparar la línea donde estaba la fuga que presuntamente ya había sido reportada.
“Mi mamá me comenta que esa fuga ya había sido reportada, porque olía, pero como el olor no era tan penetrante como el gas LP, pues la compañía no vino… hasta que pasó esto”.
