El Capitán Segundo de Infantería Ingresó a las fuerzas armadas de México cuando tenía 19 años. Estaba seguro que ese era su sueño y también sabía que para cumplirlo, debía haber sacrificios. Es originario de Guasave, Sinaloa, y el próximo 1 de septiembre cumplirá 15 años de formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Esta mañana lo entrevistamos en el 36 Batallón de Infantería de Ciudad Valles, San Luis Potosí - donde es Comandante de la Primera Compañía-, a propósito de celebrarse este domingo el Día del Padre.
“Formar parte del Ejército Mexicano es un orgullo así como para mis papás; soy padre de un niño de 7 y una niña de 2 y sé que para ellos y mi esposa es un orgullo también que yo sea parte del Ejército, y para mí es un sueño hecho realidad”.
¿En qué momento supo que ese era su sueño? “Desde chiquito era de los que me levantaba temprano para ver el desfile del 16 de Septiembre; fue donde tuve las ganas y la necesidad de formar parte del Ejército por la disciplina, el adiestramiento, el entrenamiento y todo eso me fue llamando la atención poco a poco.

No había nadie más en la familia en el Ejército, fue meramente un sueño propio que gracias a Dios aquí estoy, cumpliéndolo”.
¿Es complicada la vida de un militar teniendo familia que lo espera en casa? “La familia va entendiendo también que es parte fundamental el apoyo de ellos para nosotros porque sabemos bien que el trabajo que uno hace es de máxima exigencia entonces debemos estar siempre al cien por ciento mentalizados que debemos estar siempre enfocados en hacerlo bien, y ellos forman parte de esto, llegan a ser parte de la familia militar. Mi hijo más grande está enfocado en sus estudios pero mi niña en la calle ve soldados y grita emocionada ¡papá, papá!, y es una alegría inmensa ver a su papá en el trabajo”.
“Cuando nos toca estar lejos nos comunicamos con videollamadas o si salgo y están cerca me visitan. Es como todo, como en cualquier trabajo, pero uno debe aprender a adaptarse a cómo sobrellevar las cosas”.
¿Le gustaría que ellos también fueran militares? “La verdad sí para que conozcan un poco más de lo que hace su papá, aunque es un trabajo peligroso pero cuando ellos estén grandes decidirán lo que quieran hacer y si eligen ser soldados los respaldaría, sería algo maravilloso”.
¿Qué es lo más difícil al salir de casa? “Generalmente salimos muy temprano y ellos siguen dormidos y en la noche al regresar ya están dormidos. El trabajo de las armas es difícil porque no sabes si vas a volver a verlos, por eso hay que aprovechar el tiempo al máximo”. ¿Se siente orgulloso de lo que hace? “Sí claro, todos los días de mi vida gracias a Dios elegí bien y aquí estamos trabajando día a día”.
VLSS