El sector conocido como 11 de septiembre es uno de los últimos asentamientos humanos irregulares que aún quedan enGómez Palacio , Juan Salazar Reyes director de Obras Públicas y Desarrollo Urbano del municipio asegura que aunque en la ciudad muchos sectores se crearon por estas ocupaciones espontáneas de terrenos, públicos o privados sin reconocimiento legal, la mayoría están regularizados actualmente.
Sin embargo, el problema con la 11 de septiembre es que en donde se fundó es propiedad de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sobre un derecho de vía del canal del Sacramento por donde aún corre agua de las presas durante los ciclos agrícolas para el riego de los cultivos y que pasa a unos cuantos metros de donde se levantaron en un principio viviendas improvisadas.

Este asentamiento irregular se formó hace más de 20 años por personas sin posibilidad de obtener un crédito hipotecario para adquirir un predio y decidieron un día, movilizados por otras personas en la misma situación invadir estos espacios aunque esto significaba pasar carencias de toda índole, principalmente por la falta de infraestructura para los servicios públicos.
Actualmente, a lo largo de esta franja, alrededor de 100 familias viven en hogares hechos de láminas, cartón, hule, y algunas otras con el paso del tiempo han podido hacer cuartos de blocks de concreto, pero permanecen sin la regularización de la energía eléctrica, agua potable y alcantarillado.

El director de Obras Públicas resalta que cada vez son menos los sectores irregulares, pero la más relevante hoy en día por estar instalada en un terreno irregular es precisamente la 11 de septiembre.
Aunque desde el inicio de esta administración han atendido sus peticiones para atender las necesidades que enfrentan, como los servicios públicos básicos, principalmente la energía eléctrica, pero es tema de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y no les ha podido arreglar.
Explicó que para acceder a los servicios públicos básicos y que el municipio se haga responsable de brindarlos, primero deben tener la certeza jurídica de la propiedad o el terreno. Aunque reconoce la necesidad de las familias de tener una casa, están ocupando un espacio que no pertenece al municipio, sino a la Conagua.
Las familias de la 11 de septiembre, han acudido al Ayuntamiento de Gómez Palacio a presentar algunas peticiones como el servicio de energía eléctrica, sin poder hacer nada, pues es un tema que le corresponde a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Además, destacó que el lugar que eligieron para establecerse, es un riesgo latente por el canal de riego, situación por la cual es probable que la Comisión no pueda regularizar este asentamiento.
“Está al margen de uno de los principales canales que conducen el agua parar el sistema de riego, como es el canal de Sacramento, y está en uso”
“Dudo mucho que en algún momento deje de utilizarse porque es uno de los principales ramales que derivan el agua de la presa Francisco Zarco, y atraviesa todo lo que es el municipio de Gómez Palacio, el área agrícola, y va a desembocar hasta dar servicio a lo que es la parte que colinda con el Estado de Coahuila”.
El director de Obras Públicas y Desarrollo Urbano de Gómez Palacio señaló que, además de la 11 de septiembre, también otro sector conocido como Las Algodoneras es otro asentamiento humano irregular, y prácticamente son los únicos dos que existen en este municipio.
Entre los 70’s y 80’s empezaron los asentamientos irregulares en predios privados o públicos
Lerins Varela Castro, director del Instituto Municipal de Planeación y Competitividad (Implan) en Gómez Palacio mencionó que en la Región Lagunera, entre la década de 1970 y 1980 fue cuando empezaron a formarse los asentamientos humanos irregulares en grandes extensiones de tierra urbanas esto a raíz de las invasiones tanto de reservas territoriales federales, estatales o municipales, así como también propiedades particulares.
Debido a este fenómeno social que ya se había presentado tiempo atrás en otras partes del territorio mexicano, el Gobierno Federal decidió la creación de la Secretaría de Asentamientos Humanos, con la finalidad de brindarles atención.

Como ejemplo, nombró al bulevar Constitución en el vecino municipio de Torreón, Coahuila. Esta vialidad era el canal del Coyote, de propiedad federal, y como en las carreteras, también tenía derecho de vía, por lo cual no se tenía permitido construir; sin embargo, la gente fue invadiendo; situación que pasa en todo el país.
El director del IMPLAN Gómez Palacio, también dio a conocer que pese al tiempo que las familias permanezcan en un asentamiento humano irregular, no generan derechos de permanencia, solamente aquellos que podrían ser de susceptibilidad política en algún momento para regularizarse, y esto representa que consideran a quienes llegaron primero.
“Pero si el dueño dice que no, es no”
“Los derechos aparentemente se construyen por antigüedad, pero tú invadiste, tú llegaste de manera irregular, invadiste una propiedad que no es tuya, que no estaba en venta”.
Recordó que en la década de 1990, con Carlos Salinas de Gortari como presidente de México, puso en marcha un programa federal a través del cual regalaron las escrituras de colonias que en su momento fueron invadidas en su momento, como La Flores Magón, y la Rubén Jaramillo.
En este último caso, señaló que muchos que se fueron a vivir allí, eran hijos de ejidatarios. Así como también en la entrada de Gómez Palacio, en donde eran terrenos ejidales.
Mujeres de la 11 de septiembre hacen frente a la adversidad
Entre las más de 100 familias que habitan la colonia 11 de septiembre, salen a resaltar las mujeres; esposas, madres, hijas y nietas que pese a la adversidad, permanecen con la esperanza de que algún día ese lugar donde decidieron construir su hogar pese a todas las adversidades, pueda ser de ellas de manera legal.
Las mujeres fundadoras del la 11 de septiembre hacen frente a la adversidad con la esperanza de tener un lugar de su propiedad para el legado de sus descendientes.
Cruz Flores, actualmente con 73 años, recuerda como un 11 de septiembre del 2001, precisamente el día del Atentado Contra las Torres Gemelas, junto con otras tres familias llegaron a esta franja a la orilla del Canal Sacramento, era Doña Juana, Doña Pola y Mary, pero poco a poco fueron llegando más familias.

“Yo, cuando llegamos aquí, pues eran puros pozos, aquí eran puros pozos, porque era como un canal de tierra”.
“Yo llego aquí porque oí que estaban invadiendo aquí, y yo vivía allá en el cinco, y yo, pues pensé, estar en una casa ajena a ir a agarrar un terreno, pues mejor”.
Aunque la señora Cruz tenía una casa en El Compás, su esposo se la llevó a otro lugar debido a que tuvo problemas con una mujer por golpear a su hijo en ese entonces de 9 años.
“Yo la agarré y la golpeé, pues nada dejada veda, la golpeé, y ya nos agarramos de ojeriza a cada rato, y ya mi señor me dijo, no, ya vámonos, y me trajo para acá”.
Aunque tiene varios hijos, cuando llegó a este predio, nada más fue con su esposo, y con el más pequeño que la acompañó hasta este lugar en donde han levantado de a poco su hogar.
En cuanto a las autoridades municipales, Doña Cruz destaca la falta de sensibilidad para prestar atención a las familias de la 11 de septiembre, pues cuando han enfrentado tragedias, acuden en ese momento con la promesa de que recibirán más apoyos, y al final se quedan esperando que la despensa, la cobija, que la lámina o el hule prometido.
Recuerda que en una ocasión, cuando falleció electrocutado el esposo de una vecina por estar intentando conectar la luz, habló a la presidencia municipal para dar a conocer la situación, y les pidió que fueran a visitarlos para que conocieran la situación en la que vivían.
“Fue cuando vinieron, y al poco tiempo nos hicieron un pie de casa, pero lo dejaron de hacer porque eran terrenos irregulares, pero para eso yo ya me había peleado con la líder, y ya había ido yo a buscar a Conagua, porque la líder nos estaba pidiendo mucho dinero a cada rato”.
Para Doña Cruz, la regularización del espacio donde levantaron sus viviendas, es posible, pues ella acudió en una ocasión a la Conagua para saber la situación del predio, y ahí les dijeron que esos terrenos eran propiedad de los ejidatarios de Cuba e inclusive se lo entregaron por escrito.
La septuagenaria ahora vive sola en su casa, vende gorditas en una maquiladora y lo que pide a las autoridades municipales es el apoyo con los servicios públicos, principalmente a la CFE, con la energía eléctrica.
DAED