Si bien el clima al exterior ronda en los cinco grados centígrados, al interior de la carpa Spiegeltent –de diseño siglo XIX y elaborada en Bélgica- la temperatura era otra.
Sobre el escenario que sirve como pista de baile y pasarela a los 10 acróbatas que integran el repertorio, quienes practican con un mínimo de ropa pero con un máximo de destreza, entrenándose previo a la función del espectáculo Delyria: Cirque Cabaret que propone una apuesta cargada de danza, acrobacia, erotismo y cabaret, mezcla que de unos años para acá es difícil de encontrar en la ciudad.
Luis Álvarez, español, es la mente detrás de esta apuesta, que llega a Monterrey como primera sede en México y que después será llevado a Las Vegas.
El origen del proyecto se dio cuando Álvarez conoció al productor regio Édgar Torres el año pasado en Nueva York, y fue a través de una charla que se decidió presentar este concepto en Monterrey.
La carpa, ubicada en el Parque Rufino Tamayo, es un espectáculo en sí. Completamente de madera, resalta por la cantidad de espejos que posee al interior. Para 450 personas, el público está situado a 50 centímetros de la pista principal o a 11 metros en su segmento más lejano.
Delyria: Cirque Cabaret tendrá temporada en Monterrey hasta el 16 de mayo.
